"Chicho", como se le conoce cariñosamente, se jubiló hace un par de años, y frente a su casa, en el Camino Real de La Verdellada, existía un solar abandonado que con los años se había convertido en una chatarrería. Con permiso de sus propietarios, decidió empezar a limpiar el solar y plantar un par de coles. Con la ayuda de algunos vecinos y de los propios dueños del solar, la plantación fue quitando sitio a la basura y a la chatarra en el solar, hasta ocupar de manera destacada prácticamente todo el terreno con verduras y frutales.

Esta iniciativa ha logrado que, con el tiempo, renazca en pleno centro de La Verdellada un huerto que recuerda al pasado agrícola verdeño, que en este espacio reconforta la vista a todos los vecinos. La huerta ya da papas, millo, coles, y otras verduras, que, en estos momentos de crisis económica, no es una salida, pero sí que ayuda algo a sobrevivir. La asociación de vecinos Los Verdeños ha felicitado a los impulsores de esta iniciativa, al tiempo que ha reflexionado en voz alta con los vecinos sobre el aprovechamiento de los espacios libres y sin uso para la agricultura urbana. Según los representantes de la citada asociación, "no estaría mal que los múltiples solares públicos y privados que aún quedan por La Verdellada, fueran aprovechados para crear estos pequeños huertos urbanos, en vez de para almacenar basura y escombros. Ahí queda el reto".