En el paisaje urbano de La Laguna ya no sobresale la cúpula de la Catedral porque ha sido demolida y protegida por dentro por láminas asfálticas especiales para evitar que entre agua y deteriore los andamios colocados y el propio templo.

Los empleados de la empresa Víctor Rodríguez, encargados de la obra, procedían en el día de ayer a la demolición con martillos hidráulicos de una de las últimas bases sobre las que descansó el cimborrio de la cúpula.

Otros acometían un trabajo de alta tecnología como es la colocación de una estructura a dos aguas, con vigas bastante anchas, sobre la que irán láminas que evitarán que caiga el agua cuando se proceda en breve a demoler las bóvedas que forman toda la cubierta del templo.

Aunque la obra es de gran envergadura, lo que se pretende también es que, al desaparecer las bóvedas, no penetre ni una gota de agua dentro de la iglesia. El motivo, según los técnicos, es que no sólo deterioraría la madera del gran andamio instalado en el interior, sino que podría provocar, como ocurrió el 7 de junio de 2008, que se pudran los tablones y aparezcan de nuevo las termitas.

Es de destacar que al cabo de tres meses de denunciar EL DÍA, en la fecha señalada, la presencia de termitas que podían acabar con el retablo de Los Remedios, es cuando la Comisión Mixta Mancomunidad Autónoma-Iglesia Católica en Canarias encargó a un grupo de biólogos "analizar cómo están afectando los citados insectos xilófagos" al importante retablo traído de Flandes en 1614. Hasta ahora no se ha sabido nada de dicho estudio.