En la playa de La Jaquita, situada en la localidad de El Médano (Granadilla de Abona), apareció varado un ejemplar de cachalote pigmeo, una especie de la que aún no se ha visto un ejemplar con vida por Canarias y de la sí hay constancia de su paso por las aguas del Archipiélago por diversos varamientos. Desde el área de Medio Ambiente del Cabildo de Tenerife se indica que se trataba de un ejemplar joven, ya que pesaba 120 kilos y medía 2,15 metros de longitud, cuando llegan a alcanzar los 3,5 metros de largo. Dado su avanzado estado de descomposición, los técnicos valoraron que el cadáver del cachalote debía llevar bastante tiempo flotando a la deriva. De la inspección ocular inicial detectaron la existencia en su cuerpo de señales producidas por mordeduras de tiburones así como "otras heridas anómalas", es decir, motivadas por causas no naturales. Su cuerpo fue trasladado al Complejo Medioambiental de Arico, donde fue depositado en un área reservada para ejemplares pertenecientes a aquellas especies que, como el "cachalote pigmeo", están incluidas en el catálogo de las que se encuentran amenazadas o en peligro de extinción. Asimismo, las muestras obtenidas durante la necropsia que le practicó el personal del área de Medio Ambiente del Cabildo fueron remitidas a la Facultad de Veterinaria para su análisis al objeto de determinar la causa de la muerte.