LO SIENTO. Por más que intento resetear de mi disco duro el imaginario filmográfico ibérico de los 70 y los 80, cada dos por tres surge alguna noticia que refrenda mi teoría de la indisoluble conexión entre los más casposos guiones producidos hace tres décadas por la factoría Izaro Films, a los que tantas veces dieron vida Fernando Esteso y Andrés Pajares, con la más rabiosa actualidad. Así, si hace bien poco dije -y creo que demostré con pruebas fehacientes- que la movidita de Julian Assange era calcada al argumento de "¡Qué tía la Cia!", no me negarán ahora que el nombramiento de José María Aznar como asesor de la compañía eléctrica Endesa, semanas después del fichaje de Felipe González como consejero de Gas Natural, no es más que un mal remake de "Los energéticos".

Parece que tras las recientes muertes de Juanito Navarro y Antonio Ozores y el estado de inhabilitación permanente por los efectos del alcohol y los psicotrópicos del binomio Pajares-Esteso, los políticos españoles se erigen en la mejor opción para encabezar el reparto de cualquier adaptación de lo más granado del cine "lolailo". (Me reservo el nombre de unos cuantos candidatos a protagonizar las nuevas versiones de "Los liantes" y "El soplagaitas"). Pero ojo, no se trata de algo exclusivo de este singular país. De hecho, ¿quién no se imagina a Nicolas Sarkozy ocupando el rol de Louis de Funes en alguna de sus películas. Algún lanzado me plantea a Silvio Berlusconi para suplir a Vittorio De Sica, a Tony Blair como un Peter Sellers de postín o a George Bush en la piel del Rambo de Sylvester Stallone. Hay también quien me sugiere a Angela Merkel cual Marlene Dietrich en "El diablo era mujer", pero creo que eso ya sería pasarse.