"Cr" llega cada mañana en bicicleta y "armado" con sus pinturas a los alrededores del Auditorio Adán Martín de Santa Cruz de Tenerife. Desde hace año y medio, "Cr" -su firma y único dato conocido de su identidad-, cumple con el ritual casi diario de dar de comer a los gatos callejeros para comenzar luego, muy temprano siempre, a dibujar rostros sobre las piedras de la escollera ubicada bajo la plaza de Los Alisios. "Cr" es un artista anónimo que, pieza a pieza, ha elaborado los retratos en color de más de sesenta intérpretes de todos los tiempos para crear un auténtico museo de la historia de la música.

En este peculiar paseo de piedras naturales de grandes dimensiones, elegidas a conciencia como soportes de este ejercicio creativo, están las caras de casi todos los grandes de la música. La galería va desde los clásicos como Beethoven o Giuseppe Verdi a Elvis Presley y Michael Jackson. En medio, referencias al jazz (Ella Fitzgerald, Ray Charles,...) y a la lírica (Alfredo Krauss, Luciano Pavarotti...); alguna incursión aislada en los ritmos latinos como en la representación del cubano Benny Moré o imágenes de ídolos nacionales como David Bisbal y Julio Iglesias. La única excepción es la figura del arquitecto Santiago Calatrava, el "padre" del Auditorio, que preside la escollera en una privilegiada posición central.

"Cr" muestra con estilo "naïf" su visión personal de cada cara, a las que dota de un parecido razonable y cuyo perfil remarca con una línea gruesa en blanco. En algunos casos acompaña el retrato con una breve leyenda.

De "Cr" se sabe poco. Al parecer, vive en el centro de la ciudad, de donde llega cada día en "bici" al entorno del Parque Marítimo, aparenta unos cuarenta años y sus hábitos son los de un solitario. Según sus conocidos del Castillo Negro, donde también ha dejado parte de su obra, "no pide nada a cambio de decorar la zona y merece ser reconocido; por lo menos, que le paguen lo que gasta en pinturas". Y es que "Cr" ha hecho agradable y reconocible un entorno urbano "árido", que se ha convertido, gracias al boca-oreja, en un atracción más para el público cuando hay conciertos en el Auditorio.

El "Cr" tinerfeño no juega al fútbol, no nació en Portugal ni añade un número a su rúbrica. Simplemente, es un artista urbano y está claro que le gustan los más diversos estilos musicales.