APROBÓ los presupuestos, ayudó a Zapatero a prolongar su agonía, le demostró amor eterno en la tribuna del Congreso, propició que a los funcionarios les bajaran el sueldo, nos tomó el pelo aceptando un Plan Canarias que nunca existió, se dejó engañar -y nos engañó a nosotros- con unas supuestas aguas territoriales canarias, bendijo la subida del IVA a los peninsulares, a los que les costará más caro venir a Canarias; congeló las pensiones de nuestros mayores. Ella se llama Ana Oramas, y como se compró un piso en Madrid que le costó 300.000 euros, y que ahora tiene que pagar, quiere seguir siendo diputada a costa de los engaños sufridos por el pueblo canario; y, sobre todo, por el pueblo tinerfeño (de la provincia tinerfeña) que votó por ella para que nos representara en Madrid.

En Coalición Canaria existe gente que no la quiere ver de nuevo en la lista del partido al Congreso el próximo 20 N. Pero Paulino Rivero la va a proponer como candidata y en CC se hace lo que dice el presidente del Gobierno. Porque la presidenta de CC, Claudina Morales, es un florero. Con cardos. Es decir, que la que nos vendió a todos volverá a la lista, y quién sabe si al Congreso, porque la ceguera de nuestro noble pueblo es notoria. Si esta es la propuesta de Coalición Canaria, colocar de nuevo en esa lista a la mujer que nos vendió, ¿qué es lo que pretende este partido que dice representar los intereses de los isleños?

Esta secular ceguera que invade al electorado no puede propiciar que personajes minúsculos como este vuelvan a sentarse en el hemiciclo y a hablar en la tribuna. Porque han contribuido a la permanencia en el poder de un inútil que nos ha arruinado y porque ha propiciado el hambre y la zozobra en unas islas a las que dice querer tanto. No hay derecho a que vuelva a alimentar la desazón de su pueblo con cuatro años más, como premio de permanencia en el escaño para que pueda pagar su pisito mientras miles de canarios no tienen qué comer. Ni saben cómo hacer frente a sus hipotecas.

Tengan vergüenza y mándense a mudar todos los que, con engaños, han alimentado falsamente las aspiraciones del pueblo. Ni siquiera con el supuesto dinero recibido de España para aligerar las listas de paro han sido capaces de crear medidas para que en este país nuestro se cree un solo puesto de trabajo. ¿Y qué pretenden ahora, que el pueblo tinerfeño le dé otra vez el voto a esta incapaz que nos ha traicionado? Ni de coña. Porque fue ella la que nos vendió a todos.