LA HACIENDA estatal está abrumando a los ciudadanos con esos sobres luctuosos que jamás traen buenas noticias. El asedio es brutal. Se reciben por miles; el cartero no da avío. Te piden, desde la Agencia Tributaria, cada vez más cosas, para tenerte trincado; y el corolario va a ser que nadie podrá recibir pagos en efectivo que superen una determinada cantidad. Lo que obligará a los proveedores a fraccionar sus facturas, aunque luego saldrá una normativa que también te prohíba hacerlo. Porque hay gente que se ha quedado hasta sin cuenta corriente y tiene que recurrir al efectivo, ¿o es que no se enteran?

La voracidad de la Agencia Tributaria es tremenda. Los empresarios tienen que pagar hasta las multas de sus empleados y descontárselas de sus nóminas. Han convertido a los empresarios en recaudadores (IGIC, IRPF). La Administración te retiene sus pagos si le debes algo, pero nadie le retiene a la Administración el dinero que te debe a ti. Es injusto el procedimiento, pero al Estado y a la Comunidad Autónoma todo le da igual, con tal de que no sean ellos los perjudicados.

Esto no lo arregla el Partido Popular. No le interesa. Los que mandan tienen calefacción y cobran a fin de mes. Los administrados les pagamos a ellos la calefacción y los sueldos, pero nos putean, porque somos los débiles. Este país no será justo hasta que un ciudadano no pueda descontar sus impuestos de las deudas que la Administración tiene con él.

Si has fallado en algún pago, la Hacienda Canaria te niega los aplazamientos del IGIC. Ahora se han inventado un organismo llamado Sistema Económico Financiero de la Comunidad Autónoma (SEFCAN), mediante el cual te descuentan de cualquier pago que tengan que hacerte lo que -siempre según ellos- debes al erario autonómico. Sin embargo, lo que te debe a ti la Comunidad no se lo puedes reclamar, porque hacen oídos sordos y te ingresan cuando les da la gana. Ahí no hay recargos, ni ejecutiva, ni amenaza de embargos. Todo para ellos, nada para el ciudadano. El sistema tiene que cambiar. No hay derecho.

Y esto, señoras y señores, no lo va a remediar el PP, con la misma voracidad recaudadora -o más- que los socialistas; ni, por supuesto, Coalición Canaria. La pobreza que este partido ha creado en las Islas ha terminado con miles de empresas y autónomos; y, claro, ellos tienen que arbitrar los procedimientos para que los que queden apoquinen. Así podrá seguir paseando don Paulino en helicóptero, la Policía Canaria gastando neumáticos -incluso para lo que no debe- y la autoridad autonómica despilfarrando. Que es lo suyo. Y nosotros seguiremos recibiendo los malditos sobres negros.