PARECE que el turismo alemán no nos abandona y que, incluso, en enero último vino en mayor proporción que el británico. Buena noticia de la ITB de Berlín, a donde fueron todos, en alegre comitiva, desde don Paulino a don Melchior, pasando por los presidentes de otros cabildos. Ya saben: paga el contribuyente. Y a comer bocadillos no van, sino a aumentar sus barrigas al son del dinero público. Ellos dirán que hay que promocionar Canarias, pero yo digo que esto se deja para los técnicos. Ellos dirán que van a apoyar la industria privada. ¿Ustedes creen que les hace falta este apoyo? Pues vale.

Berlín era una fiesta y todos celebraban las buenas noticias relativas a Canarias, incluyendo el turismo de gays y lesbianas, que dicen que vendrá -o seguirá viniendo- en gran proporción. Pues que les aproveche. Las Islas se abren en abanico al visitante germano. El año pasado salieron de paseo hacia España 11 millones de alemanes y a Canarias vinieron 2,7 millones. No está mal la cifra. No está nada mal.

Es un turismo moderadamente gastón y muy fiel a las Islas. La verdad es que aunque se ha demostrado que el sector no tira del todo de nuestra economía, tampoco nos ha abandonado. El Puerto de la Cruz, por ejemplo, ha estado lleno de alemanes en enero y febrero, aunque se trata de los de menor poder adquisitivo. Un turismo de la tercera edad casi. Pero vale cualquier cosa, porque de noche todos los gatos son pardos.

No le hemos escuchado a Rivero más que datos estadísticos, que ya conocíamos. Dio a conocer los de febrero. Parece que, efectivamente, el comportamiento de la corriente germana hacia Canarias es excelente. Me parece que el récord estaba en 3,1 millones en un año y ahora la cosa va por los 2,7. Estamos cerca de aquella cifra. Paulino, como siempre, habrá repartido besos por aquellos lares. He visto vídeos viejos de la ITB y siempre a Paulino alongándose para besar a mujeres muy altas y muy hermosas que pululan por aquellos profesionalizados pasillos. Está en todas. El séquito era numeroso porque a ellos les sale barato; pagamos nosotros y no viajamos. Trabajamos para que ellos vivan bien. Qué triste es la vida.

Hablando de turismo, recemos para que todo siga bien y, aunque sea una maldad que no se debe decir, para que la confusión siga reinando en el norte de África, con un Egipto incierto, una Libia en formación, un Túnez recuperándose y así. Aunque don Paulino siempre tan sabio, ha dicho que el mérito es suyo, de su gestión y de sus esfuerzos, que para eso es el ministro de Turismo de Canarias. Toma del frasco, Carrasco.