Dedicamos nuestro editorial del pasado domingo a subrayar que no solo existen razones históricas y geográficas justificativas por sí mismas, y con mucha contundencia, para iniciar cuanto antes unas conversaciones entre notables canarios y autoridades estatales españolas que conduzcan a la independencia de una tierra que lleva casi seis siglos sometida a la colonización de un país extranjero. Existen también razones económicas porque, al contrario de lo que nos aseguran quienes llevan mucho tiempo narcotizando a los isleños, Canarias sí puede vivir con sus propios recursos. Y no solo puede hacerlo, pues si fuésemos los administradores de nuestras riquezas, si todo lo que producen estas Islas se quedara en ellas para el beneficio de sus habitantes, si fuésemos, en definitiva, dueños de nuestro destino, viviríamos como los habitantes de los países más ricos del planeta.

Esta es una afirmación que hemos hecho muchas veces y continuaremos haciéndola porque no solo es la verdad, sino también la verdad que necesitan muchos canarios para que se les caiga la venda que les han puesto sobre los ojos. Y ya que hablamos de cegueras, ¿cuándo se les va a caer la venda de los ojos a los miembros significativos de CC? ¿Cuándo se van a dar cuenta de que, o se quitan de encima a Paulino Rivero y a la goda política que decide con él en la sombra, o no les queda otro futuro que la desaparición de todas las islas, al igual que ya lo han hecho casi por completo de Las Palmas?

Habíamos puesto nuestras esperanzas en Fernando Clavijo y también en Ana Oramas de cara al congreso insular de Tenerife que se ha celebrado este fin de semana. De nuevo, una decepción. Primero nos desengañamos con la señora Oramas cuando, en una entrevista concedida a este periódico, dijo que no estaba en sus planes ni en los de su partido pedir de la independencia. ¿Se puede ser nacionalista y no aspirar a la libertad de un pueblo?, nos preguntamos en su momento. Por supuesto que no.

En cuanto a Fernando Clavijo, pensábamos que encabezaría el movimiento destinado a acabar, políticamente hablando, con Paulino Rivero. El actual alcalde de La Laguna ha sido elegido para el cargo de secretario general de Coalición Canaria en Tenerife con casi el 90 por ciento de los votos de los compromisarios. Antes de la elección se había aclarado por parte de los máximos responsables de ese partido que en Tenerife el cargo importante, el que ostentaría el máximo poder, sería el de secretario general. ¿Utilizará Fernando Clavijo ese poder que le ha otorgado su partido para reconducir el nacionalismo canario hacia la independencia -que es la única razón de ser de cualquier nacionalismo- y, al mismo tiempo, para eliminar a la pareja Rivero-Mena, políticamente despótica? De momento solo podemos decir que nos alarman sus manifestaciones. Tanto las que realizó antes de ser elegido como después. Antes de asumir el cargo, Clavijo señaló que "Canarias necesita hoy más que nunca de un nacionalismo fuerte, cohesionado e integrador, que nos llene de ilusión y de esperanza para hacer frente a la situación que nos está tocando vivir y que, posiblemente, nos seguirá tocando vivir en los próximos años". ¿Integrador para quién?, nos preguntamos a renglón seguido. ¿Integrador para quienes tanto daño les han hecho a estas Islas, hasta el punto de sumirlas en la miseria?

No menos preocupante consideramos lo dicho por el alcalde lagunero tras ser elegido para la citada secretaría general de CC. Según Fernando Clavijo, este partido "tiene que empezar a desarrollar un nuevo modelo de entender la política, acorde con la crisis económica y de valores que vivimos". También ha destacado que en su proyecto "no sólo no sobra nadie, sino que faltan manos nacionalistas para trabajar por la isla". ¿Dónde está la palabra independencia o al menos soberanía, ya que a muchos nacionalistas, incomprensiblemente, les sigue dando miedo el término independencia? Y otra pregunta más: ¿entre los que no sobran están también Paulino Rivero y Ángela Mena? ¿Hay que contar con los culpables de haber puesto las tres principales instituciones de Tenerife -el Cabildo y los ayuntamientos de Santa Cruz y La Laguna, este último regido por el propio señor Clavijo- bajo la influencia de los socialistas con tal de que el tirano político siguiese presidiendo el Gobierno de Canarias?

No nos queda más remedio que decir lo que siempre se dice en circunstancias como estas: nuestro gozo, en un pozo. O más de lo mismo, que es una frase popularizada por Aznar para referirse a las políticas reiteradas e inútiles de Felipe González. Tiene usted en sus manos el futuro de Coalición Canaria, señor Clavijo. Si opta por ese "más de lo mismo", tenga la completa seguridad de que a su partido le ocurrirá en todas las islas lo mismo que le ha sucedido en la tercera: desaparecerá. En cambio, si elige conducir el cambio del nacionalismo canario hacia la independencia, es decir, si elige convertir a su partido en una auténtica formación nacionalista -algo que actualmente no lo es-, pasará usted a la historia como un prócer de esta tierra.

Ana Oramas, compañera suya de partido, podía haberse puesto en pie en su escaño del Congreso de los Diputados y dejar atónitos a los parlamentarios españoles exigiendo la independencia de esta tierra de Canarias. Podía haberlo hecho y haber entrado en la historia, pero ha preferido mantenerse en la mediocridad política. Ha preferido seguir mendigando migajas en Madrid en vez de exigirles a los españoles que nos devuelvan lo que nos usurparon hace seis siglos. ¿También usted quiere ser un mediocre, señor Clavijo?

Publicamos el domingo unas reflexiones que titulamos "Paulino Rivero se ensaña con Canarias". En esas líneas nos preguntábamos ¿qué hacen los sindicatos, las asociaciones profesionales, las de vecinos, las que antes se llamaban fuerzas vivas del país (canario) por sacarnos de este pozo de miseria y humillación donde cada vez estamos llegando más profundo?

Reiteramos que no es de recibo seguir haciendo una vida "normal", como ocurre con ese déspota político llamado Paulino Rivero, mientras la sociedad canaria se desangra. Más de 370.000 personas sin trabajo, y miles de hogares en los que todos sus miembros están en esa situación. Y, encima, Paulino Rivero sacando pecho y diciendo que Canarias no necesita el rescate del Estado. Claro, si la Consejería de Sanidad no paga a las farmacias y la de Políticas Sociales retrasa todo lo que puede el abono de la prestación canaria de inserción (el único ingreso de los más pobres), así cualquiera. Esto, insistimos, lo decíamos el domingo. Hoy, dos días después, preguntamos a Fernando Clavijo si también él va a seguir actuando como si no pasara nada.

Y acabamos. Queremos dedicar las últimas líneas de este editorial para agradecerle al pleno del Ayuntamiento de Candelaria que haya honrado a EL DÍA en la figura de su editor. Como saben nuestros lectores, la Corporación municipal de esa localidad ha aprobado una moción en la que se reconoce la labor y dedicación del editor y director de EL DÍA, José Rodríguez Ramírez, por estar "al frente del grupo de comunicación más seguido de Canarias, en pro de la libertad de expresión y que garantiza nuestra Constitución". Una distinción que nos llena de satisfacción.