El instructor de la querella interpuesta por la Fiscalía Anticorrupción, Luciano Varela, ha pedido a la Sala Penal del Supremo que haga lo posible por obtener el suplicatorio de la cámara para poder imputar por un supuesto delito de prevaricación a Miguel Zerolo, por un asunto de los tiempos en que era alcalde, que anda coleando por ahí. La cosa se refiere a obras en un edificio municipal, realizadas sin la preceptiva licitación, para que los ciudadanos no se quedaran sin servicios, al haberse producido un incendio en otro inmueble del Ayuntamiento. l interventor advirtió a Zerolo de la posible ilegalidad de la concesión de las obras y el entonces alcalde levantó -en uso de sus facultades- el reparo del funcionario, tras recibir un informe de cinco folios, motivado y documentado, de los servicios jurídicos del Ayuntamiento. Se trata de una de estas circunstancias más temidas por los alcaldes. Se estropea un edificio, tengo que dar servicio a los ciudadanos, si licito tardo meses y meses, lo hago por la vía rápida, me lo reparan, pido informes jurídicos, me dicen que puedo levantar el reparo, lo levanto y me empuran. He aquí el resumen. Si los alcaldes no tienen instrumentos para, en caso de extrema necesidad, actuar con rapidez y, sin que haya lucro por medio, ni ánimo de beneficiar a nadie, no pueden decidir actuaciones sobre la marcha, los políticos huirán a los ayuntamientos como gatos al agua. De momento, solamente se ha solicitado un suplicatorio. Zerolo se defenderá e intentará que no lo condenen por prevaricación (que lleva consigo la inhabilitación para ejercer cargo público). Miles de alcaldes en spaña hacen cada día lo que hizo Zerolo y no son llevados a los tribunales. Miles de alcaldes levantan reparos de los interventores, algunos sin ni siquiera recibir informes motivados de sus servicios jurídicos. Muy pocos, o ninguno, son los que acaban ante el Tribunal Supremo. Zerolo parece que tiene todos los récords. Y aquí hay mucha gente a la que le encanta celebrar juicios paralelos y condenar con reiteración y alevosía a quienes, generalmente, luego salen absueltos de todas las guerras. No sé lo que le pasará a Miguel Zerolo esta vez, pero la entidad de la querella no parece, a primera vista, demasiado importante. l suplicatorio es preceptivo cada vez que se admite, por parte del Supremo, una acción de este tipo. La cámara lo otorgará, sin duda, y todo acabará en juicio si el instructor no se convence, con los argumentos que aporte el exalcalde, de que su actuación no fue dolosa, ni hubo ánimo de dictar una resolución injusta, a sabiendas de que lo hacía. n todo caso, el delito, de ser considerado como tal, implica suspensión de cargo público. Garzón, por ejemplo, prevaricó, y fue suspendido de la carrera judicial. Solo eso. Ahora se hace rico en América.