Circula por ahí, por la Red, una carta de Franco a los españoles, probablemente apócrifa, que dicen fue encontrada bajo un colchón del palacio de El Pardo, siguiendo una pista que empezó bajo la espada de una estatua del id ampeador, en Burgos. Teniendo en cuenta lo complicado que era a veces de entender el audillo, no me extraña que haya dejado algún legado ajeno a los que conocemos.

En la carta "retrata" lo que iba a ocurrir después de su muerte. Ya se lo dijo al rey, cuando siendo príncipe le preguntó: "Excelencia, ¿y qué me aconseja usted que haga cuando me toque gobernar?". A lo que el general le respondió: "No puedo aconsejarle a usted lo que debe hacer, porque los problemas que se le van a presentar serán radicalmente distintos a los míos".

Y vaya si acertaba el viejo general, que conocía como nadie a los españoles, inmersos hoy en una batalla estéril que dice muy poco de generosidad y mucho de revanchismo. El mismo revanchismo que ha ejercido el españolito a lo largo de la historia, tan aficionado que ha sido a destripar falsas brujas, atentar contra reyes, asesinar curas y quemar conventos. Estos son los rasgos de la personalidad de los españoles; sus principios. Si no le gustan, tengo otros, como diría el genial Groucho Marx.

El peligroso proceso que vive el país, con un sálvese quien pueda generalizado, es también un derrotero patético. Fíjense, si no, en lo que está ocurriendo con el presidente del onstitucional. La ley no impide a los magistrados de este tribunal estar afiliados a un partido; no es conveniente, pero no lo impide la ley. Pues bien, como el actual titular lo había estado al PP, desde Garzón a Otegui, todos en el mismo saco, han pedido que se anulen sus condenas por haber intervenido en ellas, directa o indirectamente, este señor. Parece cosa de locos. Por otro lado, un genio de la ignorancia, ayo Lara, el líder de IU, dice que las elecciones en las que barrió el PP hay que anularlas porque fueron pagadas con el dinero de los empresarios, con dinero negro en una palabra. ¡Dios!, habría que anular entonces todas las elecciones de la democracia, desde Suárez a nuestros días. ¡Se borraría la historia! Hace falta ser burro e inconsciente para largar paridas como la de ayo Lara.

Lo peor de la izquierda/izquierda de este país es que sus líderes no estudian nada, razonan poco y gritan demasiado. En vez de gastar pólvora en salvas, que se pongan a trabajar a ver si ayudan a sacar esto adelante. Gandules, que son unos vagos irredentos.