Mucho mejor en una buena mesa, en un patio "tropical" -como ha dicho un cronista en El Diario de Tenerife- y con buenos manjares. José Rodríguez reunió a sus colaboradores en su casa de Santa Cruz para hablar del futuro del periódico y de los últimos acontecimientos judiciales sobre EL DIA, tan favorables. Y se habló de todo: de la justicia, de los políticos, de la política. Con nombres y apellidos y sin tapujos. Es curioso que muchos estén bombardeando a EL DIA, que se mantiene como el periódico con más lectores de todos los que se editan en Canarias. La envidia es muy jodida. Junto a José Rodríguez, Ricardo Peytaví, el letrado Juan Inurria y el que suscribe. El bufete Inurria es uno de los encargados de los asuntos judiciales de EL DIA, junto al de unguía&elián. Ya digo que se habló de todo, se pasó revista al periódico, se confirmó su línea editorial, se habló de televisión autonómica, de los colaboradores, de todo. En una comida extremadamente cordial que nos alegró a todos, porque la salpicamos con anécdotas, la tarde del viernes. Y, sobre todo, José Rodríguez dijo que esperaba que la justicia siempre tuviera la venda puesta y que colocara la balanza, que es su símbolo, en su fiel. "Con esto me conformo", añadió el editor que, pese a su edad, se mantiene en contacto permanente con el periódico que edita y dirige y se lee absolutamente todo lo que de importancia aparece en él. Como, por otra parte, tiene que ser. Y cambio de tema porque hay asuntos de esta reunión que, por supuesto, no vamos a contar. Hoy voy a ser bastante light. Bárbara Hasler es una guapa kiosquera portuense que vende EL DIA en la calle de La Hoya. Y me escribe, indignada, porque quiso mandar un paquete a Suiza y comenzó para ella una odisea interminable. Anoten, para que quede claro, que no es culpa de Correos, sino de Aduanas, que no tiene flexibilidad alguna y que actúa como un látigo contra los ciudadanos. Aduanas depende de la Agencia Tributaria y ya se sabe cómo es Hacienda. Quiso Bárbara mandar a Suiza un licor, para que llegara por Navidades, pero fue tanto lo que le pidieron que al final el paquete volvió a ella, sin ser entregado a sus destinatarios ¡precisamente porque llevaba un licor! Que si el DNI del destinatario, que si factura de la licorería donde compró un licor que costó 9 euros, que si 18 euros de impuestos por sacar de España la dichosa botella, que si 32 euros por un paquete de dos kilos, que si los extranjeros no pueden mandar licores fuera de las islas. Total, unos cincuenta euros de gastos y cinco viajes a la oficina de Correos. Yo no sé dónde estará ahora el paquete dichoso, a lo mejor en el Polo Norte. Bárbara quiere que quede constancia de las dificultades de vivir en estas islas y con estas normas. Pero que no se extrañe, porque yo una vez quise mandar un teléfono móvil a una de mis hijas, que vive en adrid, y la empleada de la agencia de mensajería se descojonó de risa: "¿Y cómo se le ocurre?", me dijo; "le va a costar un pastón. étaselo en el bolsillo y cuando viaje a adrid a ver a su hija se lo lleva". Y así lo hice. No me costó ni un duro. Las autoridades canarias no han resuelto la cosa con Aduanas, ocupadas como están en otros menesteres. Se trata de algo muy fácil de solucionar porque esto causa no pocos trastornos a la gente que vive aquí, en inferioridad de condiciones que los españoles de la península. ¿O es que a los canarios nos consideran extranjeros? Bueno, pues cambio radicalmente de tema. Estoy recopilando datos para mi tercera -¿o es la cuarta?- entrega de "El mago y su cuñado", versión libro y fotos, que preparo sin prisa porque cada vez que reanudo su escritura pasa algo y lo paro. Tengo una cita pendiente con mi amigo José Carlos Gracia, el gran artista al que tanto aprecio y al que he castigado en todos los tiempos de nuestras vidas con mis bromas pesadas. Pero él, que es un señor, siempre me da lecciones de finura y de buen estar. Y, además, vestido de blanco, como un querubín. Pues José Carlos me ha preparado un cartel para el libro, que estoy deseando ver pero no he encontrado tiempo para acudir a su estudio, limpísimo como una patena, el mejor sin duda de Canarias. Yo conozco a José Carlos Gracia desde la noche de los tiempos y juntos hemos consumido algunas barricas... de whisky. Le tengo reservada una botella de "Buchanan''s" de 18 años para cuando lo vea. Ahora está pintando unos veleros muy bonitos. A ver si le saco uno, aunque los vende caros y mi amigo es más agarrado que un chotis. Con mi jubilación no puedo comprar casi nada. e voy a apuntar a los viajes del Imserso, buenos, bonitos y baratos; y en turista. Todo el mundo que viene a mi casa se queda prendado de dos miniaturas de mujeres desnudas que José Carlos me regaló, sin que se enterara el señor obispo que andaba por el estudio. Je. Si las ve el obispo Bernardo se las lleva él, dicho sea con el debido respeto. Se me ha ido la tarde del viernes volando porque mi santa me hizo hacer recados, que es una cosa que odio. Como me ve por la noche calzando zapatillas de cuadritos ella interpreta que tengo que hacer los mandados por la mañana. Por cierto. En las consultas de las clínicas no veo sino tipos con chándal y con pantalones pescador y chanclas. El velillo ha cambiado de moda. Hice una foto con el móvil de los ñames de uno de estos personajes, foto que irá a parar directamente a mi nuevo libro sobre el mago. Es (la foto) espectacular, como diría Richi elchior. Y eso.