Hace un tiempo fantástico esta Semana Santa. Santa Cruz está maravillosa, esta corporación se merece el aplauso de la gente. asta José Ángel Martín florece, como florecen las margaritas. Qué maravilla. Da gusto pasear por la ciudad, llena de árboles floridos, de flamboyanes frondosos, de un urbanismo pujante, de una flora desbordada. Santa Cruz en primavera es como un paraíso terrenal. Es que a mí lo bucólico me encanta.

¿Para qué hablar de política y de los políticos si ahí está su obra? Un cuadro es obra de un pintor; una ciudad es obra de la corporación, incluido Corrales, al que habría que llamar el "4B": ha estado en cuatro partidos distintos: en IU, en el PSOE, el X Tenerife y ahora dicen que se va a Nueva Canarias. Qué versatilidad, qué belleza, qué maravilla. Corrales es como un pequeño flamboyán.

Santa Cruz en primavera; te descuentan en los impuestos, te destrozan un proyecto de Perrault, no construyen el edificio de erzog&De Meuron, se queda todo en casas terreras, en barrio de los hoteles, como en el siglo XIX. Santa Cruz ha tomado un nuevo tren maravilloso: el de vivir del pasado. A mí, que me encantan las escenas del pasado, se me parece esta ciudad a una postal. Ay, qué bonita.

En Santa Cruz se puede comer en el suelo. La ciudad está limpia como una patena, no hay suciedad, no hay mendigos, apenas te multan, los camiones de la basura no hacen ruido, no hay ratas en las alcantarillas. ¿Me quieren decir en qué ciudad del mundo pasa esto? Yo creo que solo aquí.

Las umbrías que producen los árboles de los barrios altos dan idea de ciudad recoleta y tranquila, de urbe sosegada y quieta. oy, después de la pausa de la pasión, quería hablarles del tiempo. Porque los artículos que hablan del tiempo te ayudan a reflexionar, lejos del tráfago de la insidia y del codazo.

Así que ya lo saben, a pasear por el parque García Sanabria, donde no hay drogadictos, ni cagadas de perro, a tomarse un café en el bar del reloj, que no funciona, y a contemplar a los viandantes, que no cesan, porque si algo tiene Santa Cruz, bajo las frondas del mediodía, son viandantes. Yo antes confundía, en mi ignorancia, a los viandantes con los viajantes de comercio. Pero no tienen nada que ver.

Pues hace un tiempo espléndido en Semana Santa, en la semana de pasión. Para lo que le queda a uno en este barrio lo mejor es pasear. Andar y pensar. Ya lo decía Azorín, que en esto del artículo era un maestro.