Qué gran dilema para los senadores y diputados nacionales del PP y del PSOE. Y no me refiero al asunto del petróleo, sobre el que cada cual puede pensar los que quiera y votar en el Senado en conciencia (lo que pasa es que los del PP parece que tienen conciencia colectiva). Me refiero a si los senadores, y también los diputados, canarios del PP y el PSOE van a anteponer siempre los mandatos de sus partidos a los intereses del pueblo que los vota, que es el canario.

Es impensable que un cameral británico vaya en contra de los intereses de su distrito, por muy conservador, laborista o liberal que sea. Primero está el barrio, después el partido. En Canarias no se ha dado, que yo recuerde, jamás el caso de un diputado o senador del PP y del PSOE que haya roto la disciplina de voto en favor de los intereses de su pueblo. Son soldados, como los jugadores del Atlético de Madrid. No hay ni un solo primus inter pares.

Los senadores y diputados canarios de los partidos de ámbito estatal deberían meditar sobre esto. Está claro que el partido no los volvería a meter en una lista si votan en contra de lo que mande Madrid, pero a lo mejor vale la pena el sacrificio de trabajar un poquito por el pueblo que los elige y no siempre por el partido que los manda. ¿Cuál sería, entonces, la escala de fidelidades? ¿La de un partido que los mete en la lista y les paga las campañas o la de un pueblo que deposita en ellos su confianza y les otorga el mandato para que represente sus intereses en las más altas instancias del Estado? Yo creo que son dos buenas preguntas sin respuesta.

Esto del petróleo ha hecho saltar las alarmas. Los senadores de Baleares, fieles a su pueblo, votaron en contra del mandato del PP, con el aplauso de mucha gente del PP, militantes y altos cargos. ¿Y en Canarias? ¿ué pasaría en Canarias? ¿Tenemos senadores y diputados soldados o tenemos gente que representa los intereses de la tierra cuyos habitantes los han puesto ahí con sus votos? Yo creo que los diputados y los senadores del PP y del PSOE deberían meditar sobre lo que yo digo aquí. Ya no solo para este asunto, que, repito, tiene detractores y defensores en Canarias y no existe una postura unitaria al respecto, sino para otros que se presenten.

Somos una tierra que necesita estar representada en las instituciones del Estado por patriotas canarios, no por colaboracionistas de partidos que no defienden bien nuestros intereses, los supremos intereses de este archipiélago perdido en el mar. ue los canarios del Congreso y el Senado no sean solo gaviotas en Madrid. ue sean valientes y que voten en conciencia, no bajo mandato y con miedo a ser defenestrados por sus formaciones políticas.