Se acabó la tranquilidad. Volvemos a la rutina de cada día, a los juzgados, a la Hacienda de Montoro, volvemos al cobrador del frac, a la tiranía de los bancos, volvemos a la España cañí, una vez que el mes se encuentra en sus últimos estertores.

No he visto mes del año que pase más rápido que éste. Se trata de un suspiro. Se acaba la playa, se acaba la montaña y se acaba el ocio. Hay que currar. Mientras en la Península dicen que el paro está en el 24%, es decir, ha bajado bastante, aquí no, aquí sigue todo igual, diez u once puntos por encima de esta cifra.

Con estos índices de paro, con las restricciones en el crédito y con la ausencia de consumo no levantamos cabeza. Esto ya parece la canción del verano, pero en vez de Georgie Dann la canta el señor Rajoy, que ahora vive su luna de miel con Angela Merkel en Galicia.

Resulta que España recibe la felicitación de Europa, pero aquí, en las Islas, no se nota la recuperación española. ¿Cómo se va a notar con un 35% de la población canaria en condiciones de trabajar parada? Es imposible.

Ni siquiera la tarifa plana de la Seguridad Social, que es una buena medida, ha sido capaz de disparar las contrataciones. Como no hay consumo, pues nadie invierte en empleados. De una lógica aplastante. Los empresarios andan desconfiados porque no saben cómo va a terminar todo esto.

Y luego aquí está el clima político enrarecido. Vamos a ver qué pasa con Coalición Canaria. No sabemos. El rumor es que si Clavijo no va a La Laguna lo hará Ricardo Melchior. ¿Pero no se había jubilado, que ya tiene 67 años? ¿Para qué se fue del Cabildo, entonces? Coalición, y no lo decimos solo nosotros, corre peligro de fractura. Serio peligro. Eso sí, están todo el día reunidos, les encanta a sus dirigentes una reunión, a cual más enrevesada y enchanchullada.

El panorama político chungo está en Oriente Medio. El Estado Islámico (IS le dicen los angloparlantes) quiere matar al papa Francisco. Tanto la policía italiana como los servicios de información y de seguridad vaticanos han tomado medidas especiales. Estos tipejos musulmanes radicales y locos se están pasando de rosca. Quieren matar al papa porque dicen que el sumo pontífice no está en posesión de la verdad. Vaya individuos irracionales y violentos. La culpa ha sido de Occidente, sin duda. Y yo tengo mis motivos para saber que es cierto.

Esta es, tristemente, la actualidad. De aquí y de allá. Si encuentran algo mejor, cómprenlo.