Me han dicho que el equipo ganador de Coalición Canaria está preocupado por si va a poder o no controlar el partido. CC es como un reino de taifas insularistas, donde cada cual cree que tiene su parcela en exclusiva y se sacrifica muy poco por los demás. Por eso a CC hay que llevarla con mano de hierro.

Y en este momento la cosa está fifty-fifty, como dice el mago, sin saber realmente el significado de la cosa. Están los que han prometido insularismo y los que tratan de evitarlo a toda costa, en beneficio de la unidad regional porque yo me niego a llamarla archipielágica.

Dicho así, los rescoldos de la gran guerra, humean y los rencores están a flor de piel. La paz, ¿empieza nunca? ¿Acaso se puede lograr la unidad, al menos la unidad electoral, o también va a ser imposible?

Es muy complicada la política en las Islas, precisamente por eso, por la condición tópica de territorio fragmentado. Tópica pero real absolutamente. No es fácil hacer política en Canarias con estos mimbres y con esta fragmentación territorial.

Un ejemplo de lo que digo está en los debates internos de los partidos, en este momento en su punto más álgido. Se pelean los socialistas por la candidatura, se ha pelado Coalición Canaria y del PP no se sabe absolutamente nada. El PP depende de Soria.

Se ve que las mieles del poder siguen rebosando sus propios recipientes. El poder dicen que corrompe. Y dicen que el poder absoluto corrompe absolutamente. Ya será menos; hay gente muy capacitada en Canarias, gente honesta, que puede dar mucho de sí en sus respectivos partidos. Otra cosa es la confianza que tengan los ciudadanos en los aspirantes. Habrá de todo.

He comenzado este artículo hablando de Coalición Canaria y de sus problemas para dominar los reinos insulares. Pues sí, va a tener eso que llaman "la dirigencia regional" muchos problemas para hacer viable el proyecto con este cambio de rumbo, que comparte sólo el 50% del partido. Lo demás es mentira.

Mayo del 2015 será la piedra de toque para saber qué pasará en noviembre, pero la ausencia de Podemos y de su alter ego Ganemos va a desvirtuar el laboratorio un poco. O un mucho. Veremos si los partidos en liza son capaces de dirimir sus luchas internas y de pacificar a sus huestes. Por ahora, bastante convulsas por todo lo que les hemos contado y por algunas cosas más que sería prolijo relatar.