Ustedes saben que a veces uno se las ve moradas para arrancar unas letras a la actualidad, en un lugar donde pasan pocas cosas, como es este. Porque, a diferencia de los grandes escándalos nacionales, aquí no hay. O hay pocos, son domésticos y de medio pelo. Hasta en eso son plácidas las Canarias; parece que la corrupción no va con nosotros y esto es bueno. Esperemos que los hechos futuros me den la razón.

Si uno pasa revista a las páginas de los periódicos, lo más interesante son las entrevistas; es decir, las palabras ajenas. Los artículos de opinión son lo que son: un periodista cuenta, con más o menos gracia, lo que ocurre todos los días; y lo cuenta bajo su prisma. Las entrevistas son más dinámicas, tanto para el autor como para el protagonista. A mí el género de la crónica me gusta mucho, pero me agrada mucho más la entrevista. n periódico con muchas entrevistas es más ameno que otro sin ellas o con pocas.

Voy a citar el nombre de un excelente entrevistador, que se curra los cuestionarios: Álvaro Morales, en este periódico. Se trata de un buen periodista, que hace bien su trabajo y que exprime al entrevistado; y, si puede, lo lleva a su terreno y lo confiesa.

Han existido muy buenos entrevistadores en Canarias, pero para mí hay dos en especial: don Luis Álvarez Cruz, que también se curraba el temario, y Álvaro Morales. Don Luis era un maestro y bajo su apariencia antipática y ofuscada se escondía un hombre de un gran corazón. Álvaro es un tipo humilde, que vive en La Orotava y que es hincha del F.C. Barcelona, lo que para algunos puede ser un defecto. Yo no voy a decir cuál es mi equipo favorito. Desde luego, el Tete, sí.

Canarias es un lugar en el que ocurren, ya digo, pocas cosas. En muchas ocasiones anda uno seco a la hora de completar la crónica, que exige un esfuerzo diario muy importante. Qué decir si además de la crónica hay que escribir otras cosas; entonces el trabajo se te multiplica y casi te vuelves loco. Hay temas muy recurrentes pero que, a base de usarlos, aburren sobremanera al lector.

Si yo volviera a nacer para el periodismo me convertiría en entrevistador. Solo haría entrevistas. No había personaje que recalara en la isla que don Luis Álvarez Cruz no entrevistara. Desde premios Nobel a obispos o a figuras de todos los campos, nacionales y extranjeros. Ya digo que don Luis era un gran entrevistador, pero nuestro Álvaro Morales no le va a la zaga. Pero, esta vez, con Ipad, no con bolígrafo y libreta, como don Luis.