En un país donde nadie lee los programas electorales, el de Podemos va camino de convertirse en un best seller. Llegará el día en que lo veamos en las listas de los más vendidos, entre "l tiempo entre costuras" y el último novelón de Ken Follet. No hay periódico, informativo de radio o televisión o tertulia en que no sean estudiados hasta el último detalle sus contenidos y puestas de manifiesto sus contradicciones.

A eso -a escudriñar, desmenuzar y observar al microscopio las propuestas del partido de Pablo Iglesias- se dedicaron en el Canal 24 Horas de TV la noche del pasado viernes. Y está bien; es más, de eso se trata: de analizar, cuestionar y ser críticos para que no nos den gato por liebre. Otra cosa es que tal vez tan encomiable rigor profesional -y casi científico- debería aplicarse a todos por igual, aunque puede que no sea necesario y que la experiencia haya demostrado que los partidos políticos en spaña no incluyen incoherencias e imposibles en sus programas electorales y acostumbran a cumplir religiosamente sus promesas.

Si el celo analítico es comprensible y hasta digno de elogio, no lo es tanto insinuar, como hizo el director del canal en su conversación con Iglesias, que este ha mandado a comprar una piñata, varios kilos de confeti, refrescos y papas fritas para celebrar la reciente excarcelación de terroristas de TA. También resulta extraño, porque Sergio Martín no se caracteriza precisamente por ser un entrevistador agresivo, lo que no fue óbice para que, poseído por el espíritu de Ana Pastor, se enzarzara en uno de esos intercambios de réplicas y contrarréplicas abruptas e interrumpidas que no solo son tensos, sino que impiden que el espectador -al menos este espectador- se entere de algo.

l episodio -en realidad una tontería si se compara con lo que a diario se ve en las televisiones públicas- me sirve para acordarme, esta vez para bien, de Rodríguez Zapatero, entre cuyos contados logros -no se olvide el impulso a la I+D y a la ayuda al desarrollo- figura el de propiciar la RTV más plural y relativamente independiente que se había visto hasta entonces y que ahora, tras una nueva contrarreforma, es solo un recuerdo.

* Redactor de L DÍA