Lo lejano, por desconocido, encierra un singular poso de misterio. Desde la perspectiva de Occidente persiste esa atávica percepción sobre la realidad de la otra cara del mapa, que se entiende como un espacio ordenado de manera diferente, porque sí, y en el que las gentes obedecen otras pautas. Aún hoy, en un mundo globalizado, de economías complementarias y mercados transnacionales, el sistema distribuye equilibrios y reparte los papeles protagonistas.

Así, a China le corresponde "fabricar" la Navidad con la que se adornan los países occidentales. En una ciudad como Shantou, el trabajo en condiciones de cuasi esclavitud al que se somete a la población de cualquier edad conforma el modelo establecido, pero ese día a día se tolera con un cinismo global desde esta cara del mapa.

Acaso si nos detuviéramos a observar la pupila de una muñeca rubia y con perfil de ejecutiva asomarían las lágrimas de tantos niños que hilvanan sus vidas con renuncias, seres humanos rotos entre las costuras de las pelotas, sonrisas plásticas, manos huecas...

Mientras tanto, cada 6 de enero recuerdo que hubo un tiempo y una ciudad, nada de este monstruoso silencio de ahora que cubre calles, paseos, plazas... donde el columpio del parque suena a herrumbrosa soledad y apenas el ligero soplo de la brisa al empujarlo con cariño consigue arrancarle un leve quejido.

Y, por eso, puestos a pedir, que es lo que toca, creo que no me vendría nada mal un pedazo de mar donde meter la mano y remover las esperanzas que me mantienen; más atardeceres por los que perder la mirada hasta lo lejos; el rumor de la marea bajo mi ventana y un horizonte claro y limpio de fondo.

También desearía que la muerte no se apurase en llegar, que aún no le ha sonado la hora de su último aliento; además, me agradaría ser testigo directo de la tristeza de las princesas y, si fuera posible, disponer de una llave maestra capaz de abrir todas las puertas.

Y ahora voy a cerrar los ojos y con voz baja voy a meterme a tientas en el sueño.

Por cierto, cuando despierten recuerden que desde Oriente no solo llega lo mágico.

* Redactor de El Día