Punto de encuentro ciudadano, lugar de paso hacia el centro o El Toscal, eje del pulmón verde del municipio, remanso de tranquilidad en medio de un maravilloso entorno... Y, sobre todo, símbolo de Santa Cruz de Tenerife. Todo eso vale para describir al Reloj de Flores del parque García Sanabria que estos días luce sus mejores galas, con un manto de flores de temporada colocado con mimo por unos operarios que sienten este entorno casi como propio.

Precisamente, Parques y Jardines ha procedido estos días al cambio de flores. En concreto, se han plantado 400 unidades de Pensamiento blanco, 280 de Pensamiento azul, 180 de Alternanthera verde y 110 de Alternanthera roja. El diseño original se inspiraba en la forma de un tulipán, del que se apreciaban tres pétalos, definidos por las líneas formadas por las alternantheras rojas. Este dibujo produce un efecto mucho más atractivo para el visitante.

Entrando al parque -así, sin apellido, como lo denominan los chicharreros- por la calle Méndez Nuñez y frente a la de El Pilar el turista casi se tropieza con este "artefacto" vegetal, icono de la capital tinerfeña. Y aprecia la explosión de color, sea la época que sea. Es el Reloj de Flores, sin más.

Se trata de un "inmigrante" más, pues su maquinaria se fabricó en Suiza por la casa Favag. Fue donado a la ciudad en 1958 por el entonces cónsul de Dinamarca en Tenerife, Peter Larsen.

No solo marca las horas, además. También determina las estaciones al presentar su frondosa esfera una distinta composición ornamental. Reloj de Flores... de temporada.