No estoy seguro de que García Márquez andara convencido al cien por cien de una frase que con el paso del tiempo se ha convertido en una profecía: "El día que la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin culo", subrayó Gabo en una de sus elucubraciones literarias. Vivimos a un ritmo tan frenético que no le damos importancia a las noticias que asaltan las pantallas táctiles de los móviles, tablets y otros artilujios que nos han metido de lleno en el que llaman mundo 2.0. Sí. En medio de un panorama de ciencia ficción hay noticias que continúan teniendo un tufo a deshumanidad insoportable. Una de ellas se produjo hace unos días en el aeropuerto de Gando. A algún iluminado de Ryanair, esa aerolínea de la que muchos hablan maravillas por lo barata que es, no le importó dejar en tierra a un niño que debía viajar a Madrid para ser trasplantado de hígado y riñón en el Hospital La Paz. Desconozco si el que dio la orden de despegue tenía culo o no...

Estoy cansado de esos anuncios de Walt Disney donde todo parece tan idílico y, al final, cómo diría don Gabriel, caca de la vaca. Muchas frases con rima, caras bonitas y escenarios de la parte feliz de "El Señor de los Anillos", la que tiene que ver con la aldea de Frodo Bolsón, y resulta que hay más opacidad que en Mordor.

No sé si lo de Podemos se va a quedar en agua de borrajas o aún tiene reservas para entrar en la lucha por ganar La Moncloa, pero las sensaciones que llegan desde Andalucía es que los chicos/as de Pablo Iglesias no están tan fuertes como parecía. También puede ser que hayan tardado un poco en contar qué es lo que van a hacer para devolver la ilusión a los que en el pasado confiaron en la casta o, de paso, a los que nunca se sintieron queridos por el bipartidismo con el que comenzaron a construir unos sueños que están más atascados que un 600 en medio del Desierto de la Lechuguilla (EEUU). Mientras en el sur celebran con boquerones en vinagre y fino el triunfo de Susana Díaz, sus rivales han extrapolado sus datos a una esfera nacional para entender qué es lo que está pasando. ¿A que va a ser verdad que los más pobres están naciendo sin culo? Una vez más la ficción supera la realidad; ¿o no?