Eidher es un caso único en el mundo. Hace cinco años nació con una inusual alteración genética que la ciencia considera incompatible con la vida. A Jessica Portillo y el popular humorista Juanka Hernández les dijeron que algo había salido mal en la prueba de la amniocentesis, y que lo más probable es que el embarazo no llegara a término o que Eidher muriera al nacer. Pero este pequeño luchador rompió los oscuros pronósticos y vino al mundo para quedarse. Cuando nació no podía ver ni oír y sus músculos estaban rígidos. Pero su familia no se ha dado por vencida y no ha parado de luchar, ni un solo día, por mejorar la calidad de vida de este niño tinerfeño. Su esfuerzo, unido a cuestiones a las que no se encuentra fácil explicación, ha logrado que Eidher siga vivo y sea capaz de ver, oír, caminar e, incluso, de comenzar a expresarse a través de un sistema alternativo de comunicación. Esta lucha, liderada por Jessica Portillo (mucho más que una madre coraje), se ha enfrentado también a una gran falta de información y precedentes sobre la extraña trisomía parcial del cromosoma tres que sufre Eidher.

De esa lucha familiar surgió un proyecto colectivo: la Fundación Eidher (www.fundacioneidher.org), cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de personas que sufren enfermedades raras, enfermedades huérfanas de atención e investigación. Pero la particular lucha por la vida de Eidher continúa y su única esperanza está en el Boston Children''s Hospital, en EE.UU., donde un equipo médico multidisciplinar ha aceptado estudiar su caso e iniciar un tratamiento. Y el principal obstáculo no son los 5.000 kilómetros que separan Tenerife de Boston, sino los 250.000 euros que cuesta solo el primer mes allí.

Jessica y Juanka llevan años organizando actos para recaudar fondos para su hijo. Cuando el reto se ponía más cuesta arriba, Juanka inició su campaña para participar en Supervivientes. No lo ha logrado, pero ha dado más visibilidad al caso y las aportaciones han crecido. Ayer Eidher aún necesitaba 114.000 euros para poder viajar a Boston. Cientos de miles de personas han respaldado su lucha de forma virtual (en Facebook, Twitter y otras redes sociales), y ahora solo falta que convirtamos ese apoyo de teclado en el saco de euros que falta. Yo ya he puesto mi parte. ¿Te sumas?