Dejar sin techo, comida y aseo a refugiados quehuyen de la guerra, el terrorismo y la persecuciónétnica o religiosa es un precio muy bajo pormantenerse en el poder. Eso han debido de pensar lossocios del Gobierno holandés, una coalición entre liberalesde derecha y laboristas, al restringir el acceso a esasprestaciones solo a los inmigrantes sin documentaciónque se comprometan a abandonar el país.El acuerdo que ha salvado el pacto de gobierno ha sidorecibido por organizaciones no gubernamentales y por lapropia ONU como una flagrante violación de los derechoshumanos. Procedentes de países en llamas, estadosfallidos, o camino de serlo, en los que la realidad cotidianase construye con la violencia y el caos ?Siria, Libia, Yemen,Somalia...?, los refugiados se enfrentan a un nuevo exilio,el de dejar las instalaciones en las que los acogen paravivir en la calle si no acceden amarcharse fuera de las fronterasholandesas.

"La historia ha creado un nuevo género de seres humanos:aquellos a los que los enemigos meten en campos deconcentración y los amigos en campos de internamiento",escribió la filósofa Hannah Arendt, quien se refirióal refugiado y emigrante como la figura política clavedel siglo XX, ciudadanos de ningún Estado a los que unosderechos en teoría innatos e inalienables, los derechos humanos,les son negados o arrebatados. Esa definición continúavigente.

Quienes abogan por perpetuar esta situación son muyamigos de plantear dilemas a los partidarios de acabar conella. Si no quieres vallas coronadas por alambres ni disparos,es que defiendes las fronteras abiertas. Si no estásdispuesto a dar cobijo a los inmigrantes en tu casa, tendrásque resignarte a que sigamos utilizando estos métodos.Son falacias, falsas elecciones. Entre las opciones quese presentan como las únicas posibles hay otras alternativas.En ellas intervienen la humanidad y la necesidadde preservar los principios en los que decimos se inspirannuestras sociedades, pero también la inteligencia desaber que Europa envejece sin remedio y que el que vienede fuera no solo no es el enemigo, sino que puede ser elúnico aliado para garantizar el futuro.