Los mal pensados creen que todo obedece a un simple juego electoral que, al igual que en la antigua Roma se montaban aquellas maratonianas jornadas circenses para quemar adrenalina a costa de sangre ajena, lo que está pasando alrededor de la agenda de ocio tinerfeña que se está diseñando para el próximo verano no es casual. Tras unos cuantos estíos más secos que el esparto, algo se empieza a mover cerca de los escenarios... Más de uno se asustó al ver hace unas semanas a María Jesús y su acordeón en la Villa de La Orotava. Y es que debajo de una señal tan apocalíptica era imposible distinguir las veredas por donde circulan Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, Juan Luis Guerra, Maná y hasta el "recauchutado" Tom Jones, un auténtico "sex bomb" que amenaza con dejarse caer por estas latitudes el próximo mes de agosto. Sin ánimo se convertirme en un pájaro de mal agüero, algunos advierten que habrá más de una cancelación. ¡Hagan sus apuestas!

De momento, las previsiones indican que estamos en el zaguán de uno de los veranos más calurosos de los últimos años. Y eso que la lista aún no está cerrada. A pesar de esas sonadas confirmaciones, habrá que preguntarse "Si valió la pena" quemar tanta pólvora en tan poco tiempo, o si podemos gritar aquello de "La Música No Se Toca".

Algunos desean ver unos síntomas de recuperación económica en esta interminable cabalgata musical, pero no se engañen: estamos en un escenario muy diferente al de hace unos años. La estrategia es anunciar con tiempo lo que está por venir para que el pueblo tenga la capacidad de elegir echando mano de la calculadora. Los ciclos de cultura gratis ya son historia; hoy lo que impera es la ley del más fuerte en la que el riesgo únicamente tiene dos caras: éxito o fracaso. Mucho me temo que los que han sacado las castañas del fuego en los momentos difíciles tendrá rapiñar unas tablas en las que mostrar sus piezas de artesanía; verdaderas joyas a las que han dedicado todo su cariño y que pueden quedar sepultadas por la gran maquinaria. Sin margen para discutir una solución intermedia, hay una tendencia a la glotonería que suele terminar generando unos dolores de tripas insoportable. Esto es tan simple como intentar saciar el hambre a golpe de caviar...