La consejera de Hacienda, Rosa Dávila, fue a Madrid y pidió en el Consejo de Política Fiscal y Financiera que el Gobierno autorice a Canarias una mayor capacidad de gasto para poder mejorar los servicios públicos. Dávila justificó la petición porque Canarias ha sido una de las regiones españolas que han cumplido con los objetivos marcados en materia de déficit y deuda. El ministro Montoro, por no perder la costumbre, le dijo que nones. Y es que una cosa es que Clavijo y Soria se hagan ojitos por los pasillos del búnker presidencial en la calle del doctor Rafael O''Shanahan y otra muy distinta que Canarias vaya a conseguir que se modifique la "regla de gasto" fijada a fuego por la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Esa regla impide a Canarias -y al resto de las regiones españolas- aumentar su gasto por encima de la tasa de crecimiento económico, lo que obliga a que una parte sustancial de los dineros que ayer se aprobaron como incremento de la financiación -se reparten casi 7.500 millones más que el año pasado entre todas las comunidades- tengan que ser utilizados por los Gobiernos regionales para pagar sus deudas con bancos y con proveedores, y no sirvan para mejorar los ya de por sí depauperados servicios públicos.

El rechazo de Montoro a flexibilizar los criterios para fijar el límite de gasto no financiero en los presupuestos de las regiones provocó el miércoles que las autonomías gobernadas por socialistas, más Cataluña, Cantabria y Canarias, votaran en contra del nuevo objetivo de déficit -el 0,3 por ciento-, que salió gracias al voto de calidad del ministro Montoro.

La consejera Dávila fue bastante crítica con el ministro: Montoro vuelve a aplicar criterios de reparto del déficit mucho más flexibles para el Gobierno central que para las regiones, que son las que prestan los servicios a los ciudadanos, pero estuvo más modosita en lo que al reparto de los dineros entre regiones se refiere. A mí, sin embargo, me parece muy curioso que el Gobierno Rajoy premie a los incumplidores en el reparto de la financiación: Cataluña, que ha quedado lejos de los objetivos de cumplimiento del déficit, fue "premiada" por Montoro adjudicándole casi dos mil millones, la cuarta parte de todo el aumento de fondos previsto para el próximo ejercicio, lo que -era esperable- tampoco le pareció bastante al conseller Andreu Mas-Coller, que dejó claro que ni con esa propina Cataluña va a cumplir los objetivos de déficit. Montoro también fue generoso con Andalucía y con la Comunidad Valenciana, otras dos regiones que no han cumplido. Y a Canarias y a las otras que sí se han portado y han amarrado el déficit a costa de sacrificios de sus ciudadanos les aplicó muy sandunguero la legislación vigente. Puede entenderse que se dé más a las que más deben, para que puedan cumplir, pero eso no cuadra mucho con el discurso del PP. Si se incentiva el incumplimiento, que en la práctica es lo que se ha hecho, aquí no va a contener el déficit ni la señora madre del ministro. Aunque no sea catalana.