Tras muchos años siendo uno de los referentes en el mundo del voleibol femenino, la central Marina Dubinina ha cambiado la pista -jugó hasta los 45-, por el banquillo. La ucraniana, miembro de aquel inolvidable equipo del Marichal Tenerife que conquistó la Copa de Europa en 2004 -también ganó la Superliga con las blanquiazules y con el Aguere-, está afincada en Tenerife y sigue vinculada al voleibol, ahora con el CV Haris. El sábado se estrenó en su nuevo rol como segunda entrenadora del CV Fígaro Peluqueros, junto al primer técnico, David Martín.

Marina está feliz sentada en el banquillo y en su nuevo cometido. "Lo estoy llevando muy bien. No quiero jugar más, y estoy viviendo el deporte desde otra perspectiva. Estoy encantada con esta nueva etapa y feliz de poder ayudar al equipo. Quiero aportar lo que he aprendido y apoyar a estas chicas que tanto pueden demostrar. Sufro mucho con ellas".

Tras ser preguntada por las sensaciones del primer encuentro en Superliga frente al CVB Barça, su primera experiencia viéndolo desde fuera, Marina confiesa que "hubo más nervios de lo normal, pero es lógico, era nuestro primer encuentro y aún falta un poco de compenetración. Hubo algunos errores pero se jugó bien, con momentos de gran juego. Este equipo dará que hablar. Mi ilusión ahora es ver reflejos de lo que se está preparando en los entrenos".

Respecto al nivel ofrecido por el conjunto tinerfeño y los posibles objetivos, la exjugadora blanquiazul explica que "nuestro interés es que cada jugadora llegue a su nivel más alto, y después de eso veremos hasta dónde llega el equipo, pero lo que queremos es que las chicas saquen su potencial. Iremos paso a paso y con firmeza. En esta categoría hay mucho nivel y no habrá un partido fácil". Palabra de entrenadora.