Con las elecciones generales ya en el mismo alero, siguen destapándose pequeños y grandes escándalos todos los días. Lo ocurrido con los viajes del Imserso, retrasados por una irregularidad de la mesa de contratación, por ejemplo, clama al cielo. Ya saben que entre los meses de octubre y noviembre, casi un millón de personas mayores optan a vacaciones parcialmente financiadas por el Imserso, siempre dentro del territorio nacional. Para muchos mayores, los viajes del Imserso se han convertido en una fantástica oferta que les permite romper con la soledad, o con las rutinas de la tercera edad. La financiación aportada por el Estado, que se complementa con cantidades que abonan los mayores, supone muchísimos millones de negocio, una parte pagada con los impuestos de todos los españoles.

Y aquí viene el problema: errores (intencionados o no) en el proceso de valoración de las ofertas de adjudicación, que algunos han achacado a la cercanía de los adjudicatarios al PP, han provocado que el concurso para la contratación del programa de viajes fuera suspendido por el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales, un organismo gubernamental, dependiente del Ministerio de Hacienda, y que actúa administrativamente ante denuncias de licitadores de contratos con el Estado, sus empresas y organismos dependientes o subordinados.

Todos los lotes del programa de viajes del Imserso, por un montante multimillonario, habían sido adjudicados a una UTE integrada por dos de las empresas de viajes más potentes del país, Viajes Halcón, del grupo Globalia, y Viajes Barceló. Otra UTE licitadora presentó en agosto de este año la denuncia contra ese fallo, que fue atendida, suspendiéndose el concurso. La suspensión por parte del Tribunal de la resolución de la mesa de contratación, obligó entonces a una nueva y urgente decisión de la mesa, que decidió repartir salomónicamente los lotes entre la UTE demandada y la UTE demandante, liderada por Iberia. La nueva resolución establece que el anterior adjudicatario -Mundosenior- pierde uno de los lotes a favor demandante -Mundoplan-, que se queda con los viajes de los mayores a Canarias y Baleares. Los demandantes aceptaron la fórmula, que evita la concentración de todas las ofertas en un único licitador, pero la UTE de Halcón y Barceló anunció este lunes su intención de impugnar la nueva distribución, algo que tiene que hacer antes del 26 de octubre, lo que implicará un enorme retraso en el inicio de los viajes o que no se hagan este año. El Imserso ya reconoce que incluso si no se llega a materializar la impugnación anunciada, los viajes no podrán empezar antes de finales de noviembre, una pésima fecha, con las Navidades ahí al lado. La incógnita supone además en Canarias un drama económico para muchas instalaciones hoteleras que ya contaban con los viajeros del Imserso. Pero -sobre todo- supone una autentica estafa para casi un millón de mayores, que ven como sus vacaciones cuelgan de la brocha.

Uno se pregunta qué debe prevalecer aquí, si el interés específico de los licitadores, o el de los ancianos. Si estuviéramos hablando de derechos televisivos de fútbol, el Gobierno ya habría intervenido. ¿No es éste un asunto de interés general?