Hubo una época en la que -con el permiso de otros equipos- la hegemonía del fútbol regional en la isla se la disputaban dos clubes de la capital tinerfeña, cuyos aficionados eran conocidos como "leones" e "indios" (o viceversa). Así se identificaba, por un lado, a los hinchas del Iberia, primero, y del Toscal después; por otro, a los forofos del Fomento, su primer nombre, y desde hace cien años, cumplidos el pasado 2015, del Real Unión. Detrás de ambas entidades, dos barrios señeros y unidos por algo más que el deporte: El Toscal y El Cabo. Mientras los blanquinegros desaparecieron hace años los azulgrana se mantienen dedicados a la base.

La muestra "Cien años haciendo Unión" ha recordado en el Centro de Arte La Recova durante un mes, y hasta la clausura del próximo domingo, la rica historia no solo de un equipo de fútbol sino de todo un barrio y de una forma de vida. No se puede explicar con palabras la emoción de quienes se han reencontrado con su pasado.