Nacido en la capital de la Isla, Santa Cruz, y vecino de varios municipios del Norte, Bruno Romero es, a los 44 años, tanto a nivel de pensamiento como en su experiencia vital, casi más oriental que tinerfeño. De hecho, ha vivido en China, se quedó por muy poco en la frontera del Tíbet y su pasión por las artes marciales le llevó a Filipinas. Ahora intenta mostrar aquí lo que aprendió allí a nivel de terapias.

"Siempre he buscado en el interior e incluso estuve a punto de ser sacerdote", explica Bruno. Luego estudió Derecho y también trabajó en medios de comunicación audiovisuales de carácter local hasta sentir lo que se puede denominar "la llamada de Asia y su filosofía".

Terapias alternativas, acupuntura, medicina natural, técnicas de relajación, hipnosis, etcétera. Sus estudios sobre el terreno le han permitido acumular estos conocimientos que ahora ofrece como técnicas de desarrollo personal, desde el asesoramiento, no solo a personas, sino también a empresas. En este sentido ofrece su trabajo como coach para "vender mejor, formar a los trabajadores o ampliar horizontes".

Los próximos días 19 y 20, en un lugar aún por determinar, Bruno Romero intentará mostrar su mensaje de "sanación espiritual arquetípica y desarrollo de la conciencia".

China, Filipinas, parte de Sudamérica o Europa. Son algunos de los lugares donde ha estado este tinerfeño que domina el chino mandarín y está titulado por la Universidad de Chengdu, provincia de Sichuan. Poder volver "si puede ser cada dos años, mejor" es su ilusión. Como anuncia en su facebook para obtener un "desarrollo personal, integral y holístico".