Sin previo aviso, pero sin oposición manifiesta de su comité ejecutivo regional, Asier Antona demostró que no solo es un hombre pillado infraganti en su propio reflejo. Fue ponerse los pantalones, y con ellos puestos, destituir ala jefa de la oposición interna, la diputada Mari Carmen Hernández Bento, y a la senadora Maria Auxiliadora Pérez (pasaba por allí), de sus respectivos cargos orgánicos. La operación, fulminante y calculada milimétricamente, perseguía dejar fuera de la dirección del PP regional a quien fue hasta no hace mucho todopoderosa delegada del Gobierno en Canarias y representante en el PP post-Soria del dimitido presidente del partido. La decisión, que no fue votada, contó con alguna voz discrepante, fundamentalmente las de las dos de las secretarias generales de la provincia oriental, la presidenta del PP de Lanzarote, Astrid Pérez, y la del PP de Fuerteventura, Águeda Montelongo, ambas muy amigas de Mari Carmen Hernández Bento. También manifestó sus dudas sobre la oportunidad del momento elegido para proceder a estos ceses Javier Trujillo, presidente del PP de La Gomera.

Pero no se produjo una oposición frontal, a pesar de que los ceses suponen inclinar la balanza de poder en el partido, y de forma muy clara, a favor de los ''nuevos'' frente a los ''sorianos''. Antona explicó que su decisión se ampara en el criterio -anunciado con anterioridad- de que la organización interna del partido sea ocupada por personas con disponibilidad de horario y posibilidad de dedicación plena. Para sustituir a las apartadas, Antona eligió a los dos responsables provinciales de campaña del PP en las últimas elecciones, el eficaz y discreto Carlos Ester, y el incombustible Guillermo Díaz Guerra, ambos considerados muy próximos al nuevo presidente del PP.

La operación no supone la apertura de una crisis en el PP regional, sino más bien la demostración de que Antona no se ha creído nunca eso de que su nombramiento para dirigir el PP hasta su próximo congreso regional sea algo provisional. Los excelentes resultados electorales del PP, con la obtención de un diputado más en Tenerife, mejorando los obtenidos por el partido en la última etapa de Soria, legitiman su decisión y parecen blindar la continuidad de Antona al frente del partido. Es posible que ese refuerzo de Antona, que ha trabajado en los últimos tiempos su relación personal con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, explique también la decisión de Mariano Rajoy de llamar el jueves a Fernando Clavijo para ofrecerle comenzar por Coalición Canaria las negociaciones para la formación del nuevo gobierno.

Es conocida la buena sintonía -incluso de carácter generacional- existente entre el Clavijo y Antona, que se han comprometido a actuar conjuntamente en algunas áreas del Gobierno en las que el PSOE va completamente por libre, por ejemplo, en la Televisión Canaria. Antona cree que esa colaboración podría extenderse en un futuro no demasiado remoto a un cambio global en el Gobierno regional. Sin duda es prematuro comenzar a hablar de eso. Pero esta legislatura está siendo mucho más movida y cambiante de lo que en principio parecía, y el PP parece decidido a recuperar en Canarias la iniciativa perdida. Otra cosa es que -tras los resultados del PP el pasado 26-J, en Coalición sigan sin preocuparse por ello.