Clavijo se escapó de la rueda de prensa en Moncloa y mandó a su dispuesto escudero Barragán, que explicó muy bien todo y se comprometió lo justo. No dijo, por supuesto, que Asier Antona pidió colarse en la reunión, para eso de seguir sacando pecho (esta vez el suyo) y demostrar que es el que manda en el PP de Canarias. El "staff" de Rajoy (en funciones de largo recorrido) transmitió la petición, y del lado de aquí abajo le dijeron que nones, que a ver de cuando a dónde se ha visto que el presidente del PP vasco sea invitado a las reuniones de Rajoy con el PNV. Total, que Asier se quedó con las ganas de presumir. Mientras Barragán desgranaba respuestas de manual ante un poco aguerrido grupo de periodistas cortesanos, Clavijo se escabulló a reunirse sin focos con el ministro Montoro, para explicarle lo de la adaptación canaria a la regla de gasto, realizada con alevosía y nocturnidad para colar en el presupuesto los cuartos con los que pagarle la media extra a los funcionarios. No consta lo que dijo Montoro, pero como están de negociaciones para formar gobierno, lo más probable es que el ministro se haga el loco.

Mientras, como se preveía, Barragán manifestó su disposición a apoyar la investidura del gallego, exactamente igual que ya hiciera hace unos meses, cuando -en segunda votación- se votó a Pedro Sánchez. Coalición se define así ante el conjunto de la sociedad española como un socio razonable para cualquier acuerdo que se tercie, proyectando una muy desideologizada posición centrista y moderada a ambos lados del espectro parlamentario. Que nadie se atreva a decir que Coalición se ha vuelto socialista. Para vender el apoyo al PP en las Islas, Coalición planteará en la negociación su tradicional agenda canaria, basada fundamentalmente en la revisión de la financiación, el encaje canario en Europa, las milongas del REF, la recuperación de los convenios y la activación de la reforma del Estatuto de Autonomía, que habría de convertirse en el primero en entrar a debate parlamentario en esta legislatura.

El hecho es que de los 176 diputados necesarios para lograr la investidura en primera votación, Coalición solo aporta uno, (más bien una, para ser exactos): Ana Oramas podría llegar a ser clave para que Rajoy revalide la Presidencia del Gobierno, pero no más que cualquiera de los diputados de Ciudadanos o del PNV, si finalmente la que algunos han querido llamar "vía canaria a la investidura" (que requiere también de la abstención de Pedro Quevedo), llega a materializarse.

Demasiadas incógnitas, pues, para dar por hecho nada definitivo en esta primera ronda de las negociaciones, en la que Clavijo ha ejercido el vacante rol de presidente de su partido. Apenas la certeza de que con los números que se manejan, el Gobierno de España seguirá sin presidente hasta pasado el verano, probablemente hasta septiembre u octubre. Quienes esperaban -con el propio Rajoy- una resolución rápida de este Juego de Tronos versión ibérica, se van a quedar mismamente con las ganas: hay capítulos de sobra en esta segunda temporada. Esto va a durar (al menos) hasta que se acerque el invierno.