Ha vuelto Román Rodríguez a insistir en que el Gobierno Clavijo está lastrado por las posiciones conservadoras de su presidente. Lo ha hecho en el contexto de una crítica a los supuestos cambios que habrían de hacerse en el Gobierno tras el verano. Llama la atención la permanente fijación de Román Rodríguez con el supuesto derechismo del Gobierno Clavijo.

Y llama la atención porque Rodríguez, que tiende a hacer siempre una comparativa mental entre su etapa al frente del Gobierno y esta concreta etapa, llegó a presidente del Gobierno de Canarias gracias al apoyo del PP, y con Adán Martín, como su vicepresidente del Gobierno. Rodríguez ha evolucionado desde entonces, lo ha hecho en dirección de regreso a las ideas y criterios que defendía cuando era joven y militaba en la Unión Nacionalista de Izquierdas, un grupo marxista y antimilitarista en cuya fundación participó. Es verdad que ha sido el suyo un viaje de ida y vuelta, en el que solo jugó la baza más conservadora en la etapa en que estuvo en el poder, al que llegó empujado milagrosamente. Hay que recordar que era el hombre de Julio Bonis en el Servicio Canario de Salud y se convirtió en presidente gracias a una operación pactada entre Bonis y los otros escuderos de Lorenzo Olarte, con los áticos de entonces. Su llegada al Gobierno de Canarias, y su Presidencia fueron fruto de un pacto con el PP que aportaba los votos necesarios para la mayoría parlamentaria. Aunque también es verdad que Rodríguez intentó en la etapa final de su legislatura conseguir el apoyo socialista, que nunca llegó a materializarse.

No puede negarse a Román Rodríguez un extraordinario manejo para la política, que le ha permitido rehacer el camino andado, después de que Paulino Rivero les sacara a él y los suyos como agua sucia de Coalición. Pero que sea un tipo listo -lo es- no quiere decir que los demás no tengan memoria: la política depende de las personas, desde luego. La que ha hecho siempre Román Rodríguez ha dependido de él. De lo que podía o no podías hacer. Y por supuesto de lo que le convenía hacer.

Desde que se incorporó a Coalición Canaria en 1993, siempre ha sido un pragmático, y eso es lo que es ahora. Por eso, porque la geografía política de Gran Canaria ha virado hacia la izquierda, gracias entre otras cosas al rol de su partido, y al extraordinario apoyo personal cosechado por Antonio Morales en las últimas elecciones insulares, es por lo que Román presenta ahora su perfil más progresista. Por eso y porque hay un conflicto de liderazgo latente en Nueva Canarias, que enfrenta a los que quieren al PSOE de aliado preferente en los próximos años, y los que prefieren a Podemos.

Supongo que el no estará dispuesto a reconocerlo, pero el futuro político de Román Rodríguez depende de cómo se resuelva ese conflicto, que probablemente definirá la política grancanaria durante al menos esta legislatura.