Tras catorce días de peregrinación por diferentes zonas de El Socorro, la Virgen regresaba la noche del pasado sábado a la ermita de este barrio teguestero y lo hacía acompañada por cientos de fieles y vecinos del municipio. De esta manera, y por cuarta vez a lo largo de siglos, la imagen realizaba este especial recorrido por varias zonas de la Villa, seguida en cada jornada por multitud de personas.

Pero, además, otro aspecto sobresaliente tenía lugar durante la procesión celebrada en la tarde noche de este domingo en honor de la Patrona y es que, por primera vez en la historia, participaron conjuntamente en el recorrido los cuatro barcos del municipio: las naves del Socorro, San Luis, Pedro Álvarez y Tegueste Casco, aunque no sin problemas, debido a que el tendido del cableado eléctrico dificulta su normal evolución, por lo que para tres de los buques fue preciso "enrolar" a un "marinero" que tras trepar al palo mayor se encargó de ir superando tales inconvenientes cuando iban surgiendo.

Lo cierto es que, a pesar de estos obstáculos mundanos, los socorreros engalanan sus casas y comparten con amigos y familiares una devoción que se viene manifestando en diversas formas desde la primera fundación de la ermita en el siglo XVI, convirtiéndola en uno de los puntos capitales del fervor mariano en Tenerife. Los avatares sufridos por este templo (inundaciones, destrucciones, reconstrucciones), así como el carácter de los personajes vinculados a la ermita, entre los que destaca el del singular corsario Amaro Pargo, vinculan al Socorro con la historia del Archipiélago y representan una muestra más de espíritu de superación que siempre ha caracterizado a los canarios y por extensión a los teguesteros.

¡Viva la Virgen del Socorro!