El vicesecretario general del PSOE canario desmintió ayer con contundencia que su partido esté en la operación de montar una alternativa al actual pacto de Gobierno apoyándose en el PP y en la nueva situación creada en Madrid por la abstención socialista en la investidura de Rajoy. Responde así Hernández Spínola a las informaciones publicadas por los periódicos de Prensa Ibérica en Canarias sobre una supuesta oferta de José Miguel Pérez a Asier Antona para fraguar una nueva mayoría en Canarias.

Cada cual puede creer lo que quiera: lo que dice pero no dice Antona, lo que dicen los periódicos que ha dicho José Miguel Pérez a Antona, o lo que niega Hernández Spínola. Tanto da. Por supuesto que ha habido encuentro de todos con todos y viceversa. Eso es lo que hacen los políticos cuando hay una crisis de Gobierno. Llevamos un mes en Canarias y diez largos meses en España presenciando el mismo alienante espectáculo y sintiéndonos -como ciudadanos- espectadores de un teatro que se nos escapa. Pero al final, se trata solo del ruido que acompaña los estertores de una negociación frustrada.

Es imposible predecir hoy qué pasará mañana, pero sí sabemos lo que ha ocurrido hasta hoy. Sabemos que la confianza está rota entre los partidos que hoy apoyan al Gobierno. Sabemos que Clavijo y Pérez no tienen química alguna: son incapaces de mantener una conversación telefónica sin alterarse. Sabemos que Coalición inició las hostilidades en Granadilla, pero que hay antecedentes en todas las legislaturas y en todas las situaciones posibles, que arrancan con la moción de censura a Saavedra en 1993. Y hoy, por los motivos y las razones que sean, el PSOE no cree en la voluntad de Coalición de devolverles el Puerto de la Cruz y Arico, y expulsar a los concejales de Granadilla. Y si no hay una respuesta a esa exigencia antes del 31 de octubre -algo que no parece posible- esto está liquidado.

A partir de certificar la defunción del pacto, algo que podría hacer el PSOE en su comité regional, aún sin convocar, o Fernando Clavijo, cesando a los consejeros socialistas, se abren distintas posibilidades, y una de ellas es que el PP se incorpore al Gobierno regional. Si así ocurre... ¿con quién lo haría? Parece más fácil un acuerdo de Coalición con el PP que uno del PP con el PSOE. Y ambos precisarían de otros apoyos parlamentarios. Hasta ayer, un acuerdo PP-PSOE en Canarias era imposible. Y hoy sigue siendo muy difícil. Desde mi punto de vista, aún más difícil que un acuerdo entre Coalición y el PP. Pero hay cosas que están cambiando a una velocidad de vértigo en la política española, como demuestra la nueva geografía política evidenciada ayer en el Congreso de los Diputados.

Por primera vez desde su fundación en 1993, Coalición Canaria se enfrenta a la posibilidad real de perder el Gobierno. Es improbable que ocurra, pero por primera vez no es imposible. Y que ocurra o no dependerá más de lo que se cueza en Madrid que de lo que se decida en Canarias. Aunque es verdad que aquí hay mucho aprendiz de incendiario jugando alegremente con fuego.