CARNAVAL CON HUMOR Y NO OFENSIVO

Creo que todos coinciden en que, por el momento, el máximo galardón popular del Carnaval de Tenerife es el denominado "Payasito de Oro" que cada año desde 1981 y en cada carnaval otorga la veterana y emblemática Afilarmónica Ni Fú-Ni Fá de Santa Cruz de Tenerife. Tuve el inmenso honor de recibir dicho galardón en aquella primera edición de 1981, cuando dirigía nuestra "Fu-Fa" el querido y recordado Enrique González Bethencourt. Desde el privilegio que supuso para mí aquel premio y la responsabilidad que sigue suponiendo y que humildemente asumo, creo que debo manifestarme... y me manifiesto. El Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, el de su capital y el de todos sus municipios, pueblos y barrios, ha sido y debe seguir siendo una fiesta alegre y en muchos casos transgresora, pero en la que, en todo momento, ha brillado la sana diversión popular, la ingeniosa crítica y, sobre todo, el inteligente humor, su permanente tolerancia, el profundo respeto a todo y, en especial, a todas las personas sin distinción alguna.

LIBERTAD DE EXPRESIÓN CON RESPETO

La libertad general de las personas, y más concretamente la libertad de expresión, es un principio fundamental de la propia fiesta carnavalera que, en todo momento y en cualquier caso, debe ser exquisitamente compatibilizado con el profundo respeto a cualquier tipo de creencias religiosas, tendencias sexuales, posibles discapacidades, ideologías políticas y, en definitiva, cualquier aspecto que pudiese ofender a las personas. Por ello, desde mi libertad y responsabilidad, creo y manifiesto que lo presentado por Borja Casillas, el profesor de Educación Infantil que estudia una adaptación para dar religión en colegios, y que ganó el primer premio de la Gala Drag del carnaval 2017 de Las Palmas de Gran Canaria, convertido en "Drag Sethlas", con una fantasía del diseñador Nelson Rodríguez, estuvo absolutamente fuera de lugar y ha sido un triste y lamentable error por el que, sin necesidad ninguna, se ofende a mucha gente y que, a pesar de su difusión, resonancia y creo que mal entendida "promoción", hace un flaco favor a la imagen de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y, sobre todo, a su ciudadanía. No entro en más polémicas y mucho menos con las personas.

LA GUAGUA NARANJA DE LOS INDIANOS

Un ejemplo de inteligencia y sano humor lo tenemos en el "meme" de internet que han sacado a partir de la tránsfoba guagua naranja de la organización ultracatólica HazteOír.org, que preside Ignacio Arsuaga. El lamentable y nefasto (para mí) mensaje de los creo que equivocados ultracatólicos (que no voy a repetir para no darles más publicidad) ha sido cambiado por los imaginativos palmeros con el mensaje "Los indianos son en La Palma. No en Gran Canaria". Ello con el añadido de "Si sigues viendo Telecinco, tu cerebro se hará gofio"... Tampoco entro en polémicas sobre historias y lugares, iniciativas o patrimonios... Solo manifiesto que nuestro carnaval siempre ha sido ejemplar por "decirlo todo, ofendiendo a nadie". Digo (si me lo permiten) que, una vez más, lo del "culo veo, culo quiero" no tiene mucho recorrido. Sería absurdo que el carnaval chicharrero se metiera ahora a montar una gala "drag" para competir con el canarión. De igual modo, creo que, teniendo a los queridos y originales "Indianos de La Palma", sobran las imitaciones.

LAS ARRASTRADORAS Y CARGADORAS

En este "Domingo de Piñata" carnavalero y aunque ya la Cuaresma comenzó hace cinco días, vuelvo un año más a compartir con ustedes una reflexión que espero algún día alguien la haga suya (si procede y lo cree oportuno). Igual ahora se monta con ello una polémica, pero así entramos en calorcito... Vuelvo a decirle al carnavalero alcalde José Manuel Bermúdez y a su concejala de la fiesta, Gladis de León, que las candidatas a Reina del Carnaval chicharrero vienen siendo en cada gala unas muy guapas y simpáticas arrastradoras, empujadoras, cargadoras y/o soportadoras de una mole llamada "traje o fantasía", pero que, en verdad, son pequeñas carrozas unipersonales. Las candidatas "no se visten" con el traje, ya van vestidas (generalmente con un minitraje o biquini de fantasía) y, cuando faltan cinco minutos para salir al escenario, se "introducen" en el verdadero, digamos "traje", que viene a ser una fantasía sobre ruedas.

JUDIT MOVIÓ CASI 200 KILOS DE TRAJE

Este año nuestra guapa reina, Judit López García, ha comentado que su fantasía, denominada "Madame Soleil" y diseñada por el gran Jorge González Santana, "pesaba" casi 200 kilos. Y es que, en verdad, casi todas ellas se "meten" en medio de la "fantasía", apoyan su cintura por la espalda a una estructura semicircular, y sus cuerpos son enganchados y/o atados (como lo leen) con unos cinturones como los de un coche cualquiera o los de seguridad de un avión. Luego, encima, Judit López tenía el tocado soportado sobre su cabeza y unas alas sostenidas sobre sus hombros, a la vez que empujaba con fuerza para, tirando de la estructura con ruedas, mover la "fantasía" por el escenario. Esto que les cuento es aplicable a todas las fantasías y todas las candidatas, incluyendo (en proporciones menores) a las candidatas a Reina Infantil, que este año ganó la simpática Amaia Hernández Perdomo, con la fantasía del diseñador Eduardo Martín Quintero, y también a la Reina de la Tercera Edad, Juana María Dorta, con la fantasía que le diseñó Borja Abreu. O sea, que también las pequeñas y las veteranas suelen ser arrastradoras, empujadoras y soportadoras de sus respectivas fantasías.

MUCHO TRAJE PARA MUY POCO USO

Como podrán suponer, los trajes tienen mucha "fantasía" pero poca "funcionalidad". Si me apuran solo se mueven para subir y bajar del escenario (muchos precisan empujadores extra para ello) y luego los colocan (algunos de forma fija atornillados a las carrozas o plataformas) para así salir solo en la cabalgata anunciadora y el coso. El resto del tiempo el traje de la reina, los de las damas y demás candidatas se quedan muertos de risa en la gran nave del Recinto Ferial de Tenerife y alguno, incluso, abandonado para siempre tras la celebración de la gala... Toda esta realidad que les cuento hace que la reina, Judit López, y sus damas, si tienen que asistir a algún acto oficial, visitar alguna sociedad o ir al sitio que sea, nunca puedan ir con la fantasía ganadora al completo. Entre otras cosas porque no caben por la puerta. Creo que hay mucho que reflexionar sobre esto de cara a futuras ediciones de nuestro Carnaval. Como (si me lo vuelven a permitir) habría que animar a las murgas a que multipliquen el humor y abandonen la agresividad que muchas veces transmiten y con la que dan la impresión de que están cabreadas con todo el mundo. Otros carnavales (ojo, algunos de enfrente) ya se lo están planteando.

josecarlosmarrero@elcotarro.com