Una tabla, pintura y... hojas secas. Esos son los "ingredientes" de un mural de la calle Anchieta, en pleno casco de La Laguna, quizá en la búsqueda de una representación del otoño, de la decadencia o del frío local. La peculiar obra -sobre todo por lo de las hojas- se encuentra en una vivienda de puertas y ventanas tapiadas con tablas y, precisamente, da vida a una de esas maderas. Una figura de cabellos al viento, un fondo azul y, como acompañamiento, lo que introduce el relieve: esos restos vegetales, sujetos con grapas. En el resto de accesos, otras creaciones: un rostro en solo unos trazos y unas láminas en blanco y negro. Pequeños detalles callejeros que hacen que el paseo por la vieja Aguere siempre tenga algo que descubrir.