En el diccionario, el término "país" tiene cinco acepciones. Buscando la definición he descubierto que una de ellas es la que se refiere a la tira de papel, piel o tela que cubre la parte superior del varillaje de un abanico. Cada día se aprende algo nuevo, si uno tiene interés en hacerlo. Pero las acepciones que a mí me interesa destacar del término "país" son la primera y la segunda. La primera se refiere a un "territorio constituido en Estado soberano". Y la segunda a un "territorio, con características geográficas y culturales propias, que puede constituir una entidad política dentro de un Estado". Como se ve, España es sin duda un país, pero también lo son Canarias, el País Vasco, Cataluña, Galicia... incluso Madrid. De hecho, el DRAE cita como ejemplo de la acepción número segunda la "Sociedad Matritense de Amigos del País", que viene a ser lo mismo que nuestra Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife. Para entendernos mejor, un país es un territorio que se siente país, aunque es cierto que hay países soberanos -los que se constituyen en Estado- y países que no se constituyen en Estado, probablemente porque forman parte de otro país que ya lo es.

Lamento esta disquisición, pero para los que hayan tenido el aguante de llegar hasta aquí, les diré que viene a cuento del escandalete de salón que han montado los de Ciudadanos por la campaña del Día de Canarias. Parece que se sienten muy molestos (la pepera Ana Zurita también se ha sumado al carro de los enfadados) porque el lema de la campaña sea algo tan maquiavélico y terrible como "Construyendo un país". La mandamás de Ciudadanos en Canarias, Melisa Rodríguez, ha dicho que el lema tiene "tintes independentistas", porque el Gobierno se refiere a un "país en referencia a Canarias, y no como parte de España". Melisa Rodríguez ha pedido al presidente Clavijo que "retire la publicidad institucional y reconduzca su discurso caduco, que haga uno inclusivo, y que deje de lado la utópica idea del independentismo". Jozú.

Hace ya 34 años que vengo tragándome debates semánticos de similar profundidad y enjundia cada vez que llega el Día de Canarias, un día en el que los gobiernos regionales siempre reclaman la defensa de la propia identidad, la singularidad y las tradiciones. Lo hacen los gobiernos nacionalistas, pero también lo han hecho los del PSOE, o los de Coalición entre nacionalistas y socialistas o entre nacionalistas y populares. Si quieren ustedes ver una defensa salvaje de lo local, pueden acercarse a Galicia, por ejemplo, que unificó el día de Galicia nada menos que con el de la Patria galega, sin que a Manuel Fraga se le cayeran los anillos por celebrarlo. Por no ser nacionalista, yo no soy ni siquiera nacionalista español y ser europeo se me queda muy corto, sobre todo cuando contemplo cómo se las gasta Europa a veces.

Pero es que uno está harto de falsos debates, mientras de los urgentes -la fiscalidad, las pensiones, la pobreza, la desigualdad- no se ocupa nadie porque con ellos no se llenan los teatros. Y este de ahora es un debate más falso que un euro del Reino Unido. Dicho eso, el lema "Construir un país" me parece un buen lema. Sobre todo si se refiere al país con el que soñamos: "Un país pequeño de gente grande", como dicen los gallegos, sin que nadie crea que por decirlo quieren crear el tercer Estado Ibérico. Un país de gente con principios y valores, con humanidad y sentido común, con solvencia y tolerancia. Un país donde no nos inventemos diferencias inexistentes ni conflictos irreales. Un país en el que no nos odiemos porque toca, ni creamos que ser de aquí nos hace mejores que ser de otro lado, ni estemos dispuestos a matar por nuestras ideas, sino a convencer a los demás de ellas. Un país, en fin, dónde los políticos se lean el diccionario antes de montarnos otro "show" idiota que no significa nada de nada.