Manzanas podridas, resina y hojas caídas de los árboles, rabo de gato, malas hierbas y algún que otro resto orgánico de origen más o menos incierto... Es el paisaje habitual que rodea la plaza de Nuestra Señora del Carmen en El Sobradillo, barrio del Suroeste de Santa Cruz.

Con la licencia artística pertinente podría hablarse de un "bodegón" como muestran las imágenes tomadas un día cualquiera de esta semana. Naturaleza muerta en los animales -sus restos-, flores y otros objetos, que pueden ser naturales (frutas, comida, plantas...) o hechos por el hombre en un espacio determinado. Pese a la crítica, como en esta rama de la pintura, el tranquilo y vacío escenario de fondo produce un cierto efecto de serenidad, bienestar y armonía.

David, uno de los padres que el pasado fin de semana acudió a la zona con motivo de las tradicionales primeras comuniones de esta época del año, califica de "vergonzoso" el estado del entorno. Otras fuentes creen, incluso, que "la fruta podrida se utiliza para acompañar ritos", pero aparte de esta circunstancia destacan problemas bastante más tangibles como "la falta de poda de los espacios ajardinados y de limpieza, en general".