En declaraciones a la SER en Tenerife, el presidente Clavijo ha intentado desmarcarse de los pormenores de la negociación con el Partido Popular. Se trata de un esfuerzo vano. A fin de cuentas, y al contrario de lo que se nos manifiesta por Coalición y el PP en sus notas oficiales, la negociación no está estancada en el debate sobre la bajada del IGIC o la reforma fiscal, sino en el concreto reparto de las áreas de poder. En la reunión entre Asier Antona y Fernando Clavijo, el martes en el Parlamento de Canarias, el presidente del PP volvió a exigir que el PP cuente con cuatro consejerías, y recibió de Clavijo una contraoferta que -sin negar esa posibilidad- incorpora cruces de competencias en los departamentos del Gobierno. En sus declaraciones a la SER, Clavijo ha reconocido su preferencia por un formato -el de mantener puestos intermedios de Coalición en las consejerías del PP y del PP en las de Coalición- que aportaría al Gobierno más confianza y coordinación. Dicen que la experiencia es un grado: después de sufrir el purgatorio del último año de pacto con los socialistas, con compartimentos estancos y una generalizada desconfianza que condujo a la ruptura, Clavijo quiere asegurar un Gobierno más integrado.

No parece ser la fórmula que prefiere Antona: el aspira a mantener cierta estanqueidad en las consejerías que ha propuesto, Obras Públicas, Turismo, Política Territorial y Asuntos Sociales. No es la misma petición que ha trasladado a Coalición María Australia Navarro, ella incorpora también Obras Públicas y Turismo, pero añade Presidencia y Agricultura. Parece que en el PP aún no han cerrado del todo entre ellos, pero a esta negociación se le está acabando el tiempo. Los negociadores populares ya han planteado una prórroga a su inicial fecha límite, con otra nueva fecha límite, que concluye el miércoles próximo, pero tras el voto decisivo de Coalición Canaria en apoyo del Plan de Estabilidad y el techo de gasto, Antona tiene cada vez menos capacidad de maniobra. Puede mantenerse en la oposición, pero difícilmente podría provocar la caída del Gobierno de Clavijo, cuando el voto de Oramas es clave para sostener al Gobierno de Rajoy. En esa endiablada situación se mueven unas negociaciones, en las que la capacidad de presión del PP se reduce a medida que transcurren los días... y la posición de Coalición y de este inimaginable Gobierno con el respaldo de tan sólo 21 diputados se hace más sólida. Claro que la política española es hoy muy volátil, y los contrapesos de hoy podrían no tener ningún valor mañana.

Para quienes creen que lo que define la continuidad de Coalición en el poder en Canarias son unas normas electorales injustas, este nuevo episodio del serial sobre el reparto del poder político en Canarias debería resultar bastante clarificador. La normativa electoral y -sobre todo- la implantación de Coalición en las islas menores, ayudan a sacar algunos diputados más. Pero si Coalición se mantiene en el poder desde el año 1993 no es básicamente por eso. Tiene más que ver con la situación combinada de otros muchos factores. En esta ocasión, tiene que ver con una endiablaba matemática parlamentaria que convierte a Oramas en clave para el PP nacional, y al PP canario en cautivo de esa inesperada e irrepetible situación.