Roque Negro, en pleno macizo de Anaga, volvió a rendir tributo a las mujeres lavanderas, uno de los actos más emotivos de cuantos se celebran en Anaga y que sirvió para abrir, ayer, el programa elaborado por la asociación de vecinos Nube Gris para celebrar las fiestas en honor de la Virgen de Fátima. Con mucho calor, pero también con mucha ilusión, el grupo de mujeres que se ofreció para recrear la labor de aquellas que acudían hasta la entrada de la galería conectada con Catalanes para lavar la ropa a mano no defraudó con su tarea. Para animar la jornada, vino y gofio amasado, del que también se aprovecharon algunos senderistas que se sumaron a la fiesta.