El nuevo "habitante" de la sede de la compañía Teidagua data de inicios del siglo XVI y desde ayer se encuentra expuesto en el interior de una urna. Se trata de un caño de madera restaurado durante los últimos meses y cuya mejora fue presentada este jueves por el historiador Miguel Ángel Gómez, acompañado por el gerente la empresa, Félix Armas, y la concejala lagunera de Aguas, Mónica Martín.

El experto explicó que este tramo de tubería fue hallado durante una excursión, se quedó donde mismo estaba y fue retirado años después. La madera se encontraba en muy mal estado y, tras solicitar colaboración, se ha procedido ahora a su arreglo. En torno a unos 2.500 euros, cifró Martín, ha costado la actuación, realizada en el taller Aguaviva y que se ha prolongado entre abril y julio.

"La pieza contiene un atanor de hierro que se ha denominado con alas, por los segmentos laterales que presenta y que sirven para otorgarle una cierta estabilidad frente a los giros laterales y las vibraciones a las que, debido al efecto de la pendiente, estaban sometidas las canales", recoge el informe de la restauración. "Por lo demás, corresponde a los patrones de la mayor parte de los caños usados en el transporte de agua para el abastecimiento, con diferentes medidas del diámetro en la boca para facilitar el machihembrado", indica el texto.

El conducto es de los albores de La Laguna, de los tiempos del Adelantado Alonso Fernández de Lugo. "El lugar de procedencia de la pieza es la Casa del Agua, en Las Mercedes, la zona de los primeros manantiales -por lo menos a partir de 1513-, desde donde se transportaba en canales de madera el agua de abastecimiento a la ciudad", añade la documentación sobre los trabajos ejecutados. Concretamente, el caño formaba parte del primer tramo a la salida de la bocamina y en una pronunciada pendiente.