Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas, aunque no siempre es así. En este caso, se trata de la extraordinaria segunda parte del programa de las tradiciones Montañas de Anaga de los pueblos laguneros que el pasado fin de semana se desarrolló en El Batán y Bejía, enclaves en donde los vecinos dieron buena muestra del amor a su tierra y las tradiciones. Para potenciar estas premisas los colectivos desarrollaron una ruta etnográfica explicativa de las costumbres y tradiciones antiguas de los pueblos, así como otra interesantísima sobre el lino, su historia y lo que significó para el enclave. Antes, y entre las actividades, el condumio se adueñó de los pueblos y para concluir la Parranda del Batán invadió los corazones con un espectacular baile de los años 40 y su réplica actual para cerrar el día. Anaga sigue viva.