La avenida Francisco la Roche -o Anaga como la llama la gente de Santa Cruz- amanece cada fin de semana con las "profundas huellas" del botellón de la noche anterior en sus bancos y paseos. Para recuperar la normalidad actúa cada mañana posterior un equipo de la concesionaria de la limpieza, Urbaser: "La brigada antibotellón".

Esta zona de la capital tinerfeña es objeto de tareas en dos o tres ocasiones durante la mañana siguiente con pasadas -de ida y vuelta- tanto en el lado de los bares como en el del paseo peatonal, pues durante las primeras horas es habitual encontrar todavía gente que llega a la amanecida. Los trabajadores se apoyan en una barredora aspiradora de aceras y calzadas que actúa de forma mecánica en el paseo peatonal y los carriles de circulación. La primera pasada se hace tan temprano -o tarde, todo es relativo- como a las 6:20 horas de la mañana y sirve para retirar objetos voluminosos, más grandes que el tamaño tipo bolsa, con los restos de la noche. Y "sin meternos de lleno donde está la gente de marcha para no molestar", aseguran las fuentes.

El recorrido va de la calle La Marina, junto al ahora Capricho de Nicomedes, a José de Zárate y Penichet (Residencial Anaga), ida y vuelta, varias veces y por ambos lados, con final sobre las 10:00 para continuar luego por La Marina, La Alameda... La ruta de "la brigada antibotellón".