Nada tan especial como organizar la Ruta del Ñame, un tubérculo enraizado en la cultura de nuestros campos, pero especialmente en Anaga donde se ha convertido en una referencia por Navidad. Una huerta y un rincón, la tierra con mucha agua y un mes de diciembre para cortar y cocinarlos durante varias horas son el preámbulo para compartir la mesa con un cacho de pan y un vaso de vino con un plato de ñames con azúcar o sin ella, como dicta la tradición, razones por las que los vecinos de Anaga organizaron una ruta etnográfica desde Las Carboneras hasta El Tornero, en La Laguna, para mantener viva la tradición del ñame navideño.