Unas 800 millones de personas pasan hambre y la mayoría de ellas se localizan en Asia. Allí, concretamente en Nepal, es donde la ONG grancanaria Cooperación Internacional Dona Vida ha ideado un proyecto para alimentar a los niños con gofio y aliviar sus problemas de desnutrición. La organización ha aprovechado el cultivo de millo en la aldea de Pendíjola para instruir a la población en la elaboración de este producto típico canario y saciar así el hambre de más de 2.000 niños menores de cinco años.

Para ello, Dona Vida ha construido en el poblado molinos de gofio que constan de dos piedras de un tamaño no superior al de un plato. La dosis de este alimento que reciben los pequeños es prácticamente la única toma de comida que ingieren a diario.

La idea de la ONG es que el gofio se facilite en las escuelas. Así, "cuando una familia se entera de que su hijo puede comer en el colegio, lo escolariza", explica el presidente de la organización con sede en Teror, Germán Domínguez Naranjo.

El equipo médico de Dona Vida detectó hace un año graves problemas nutricionales entre la población de esta aldea del país asiático. La abundancia de cultivos de millo en la zona, que sus habitantes solo cocinan sancochándolo, dio origen a la idea de elaborar gofio, un alimento rico en nutrientes.

Los molinos instalados por la organización en Pendíjola son de pequeño tamaño, pero el objetivo es que su sede en Nepal pueda contar a corto plazo con un gran molino que permita producir más gofio, distribuirlo entre los diferentes distritos y escuelas para que así pueda llegar a más personas necesitadas.