La Vuelta al Teide se ha ganado a pulso el respeto, la admiración y la fidelidad del ciclismo canario y de muchos ciclistas nacionales e internacionales. La segunda edición de la prueba ciclodeportiva se ha ganado, también, el respeto de la Unión Ciclista Internacional (UCI) calificándola con un notable alto.

Con el pistoletazo de salida se inició una aventura con tintes épicos, con una dureza más que considerable y que supuso un auténtico reto para los participantes. El duro recorrido, la larga distancia (140 kilómetros en la Vuelta al Teide, 68,60 en la 1/2 Vuelta), y las inclemencias meteorológicas supusieron un desafío mayúsculo para los más de 300 ciclistas que comenzaron la prueba. El primer punto delicado llegó en la bajada de Garachico. El temible Mirador de Baracán, que une Las Portelas y Masca, supuso un nuevo examen para los corredores.

Con respecto a los resultados, destacó la entrada de Mark Jame y Juan Manuel Martín en meta. Ambos, separados por un segundo, con triunfo para el primero con 4:57:02 siendo segundo Martín con 4:57:03. La tercera plaza de la Vuelta al Teide fue para Grant Martin. Isabel Campos, ganadora el año pasado, repitió triunfo con 6:35:08. Segunda fue Isabel Castro (7:16:43) y tercera Maider Insausti (7:48:23).

En la 1/2 Vuelta al Teide triunfó Rayco Trujillo (2:19:31), por delante de Mogens Hansen (2:31:42) y de Martin Troldborg (2:31:43). Noelia Pérez fue la ganadora en féminas (3:52:06).

Las satisfacciones paisajísticas también existieron. El entorno de Masca maravilló a los corredores. También los pasos por Icod de Los Vinos, Los Silos, Buenavista, Santiago del Teide, Chío o La Guancha. Todos ellos pasos que culminaron con una satisfacción plena al ser "finishers" de una carrera más que dura, más que exigente, más que atractiva y que provocó la promesa de su presencia en la edición de 2019 a la mayoría.