La portavoz del Grupo Popular en Canarias, Australia, y su homólogo del Grupo Nacionalista, Ruano, firmaron ayer un acuerdo para que el PP apoye los presupuestos de 2019, en los que se recoge la bajada en medio punto del Impuesto General Indirecto Canario (IGIC). Mi vecino, Tato el Coneja, de los Conejas de toda la vida, estaba sacando cuentas anoche, preocupado con el asunto.

Nos bajan los impuestos. Buen acuerdo, pensaba el bueno de Tato. Son medidas hasta cierto punto reales. 80 millones de euros dejará de ingresar el gobierno autonómico, pero nos lo ahorramos ¿eh? Una rebaja que notaremos desde el minuto uno, dicen. Tato ya ha dicho que le vale para un paquete más de macarrones. Cuentan que la tarifa eléctrica bajará unos tres euros. Y que el pan y el aceite también. A ver? se paga en función de lo que compras. El IGIC es un impuesto indirecto muy raro. Deberían bajar más los productos de primera necesidad. Más que una bajada lineal con barra libre para todo.

Sinceramente, que se baje el IGIC, vale. Es razonable. Pero lo tremendamente triste y lamentable es que en una comunidad autónoma que tiene superávit económico, donde nos hemos apretado la correa para cumplir con el gasto, no podamos destinar ese superávit a gasto social, porque el Estado no nos deja. De verdad, lamentable.