El precio de la vivienda en Canarias se ha disparatado. Da igual que sea alquiler, compra o venta. No hay manera. Quédense con este dato: solo 2 de cada 10 jóvenes menores de 30 años pueden irse de casa de mamá y papá. Muchos de ellos a los 34. Da penita. Pibes jóvenes, muchos de ellos con contratos en precario, que ni siquiera tienen la opción de intentar vivir por su cuenta o de formar una familia.

Los que tienen la suerte de poder salir del nido lo tienen peor que el pájaro azulete, que siempre pasaba frío. Le tienen que dedicar casi el 70 por ciento de su sueldo a pagar el alquiler. Algo totalmente inviable. ¿Cómo diablos hacen la compra para comer? Gente que trabaja como animales y encima es pobre. Datos terribles, cuando supuestamente estábamos dejando atrás la crisis. ¿Realmente la estábamos dejando atrás?

Un escenario donde la clase media se ha debilitado y nos ha dejado una pésima calidad de los salarios en el sector privado. Con salarios de 800 euros no se puede pagar un alquiler. Los sueldos han bajado casi un 2 por ciento el pasado año. Con lo que gana la gente es difícil acceder a nada, no da ni para la compra. Y luego quieren que nuestros jóvenes sean una generación preparada y salga adelante. Sin ilusión, solo existen el desierto y la melancolía.