El Ayuntamiento de Santa Cruz, su área de jardines y parques, ha hecho un esfuerzo para dejar calles y avenidas de la ciudad arregladas con flores y plantas. No es un tema para tirar voladores (siempre hay asuntos más importantes) pero la gente siempre agradece más ver algo de color, que una simple terraza de tierra sucia.

Pero tenemos un problemilla. Los dueños de perros y bichos varios que suelen salir a hacer sus necesidades le han cogido gusto a ir a las flores de toda la ciudad a exprimirse a gusto con la condescendencia de sus dueños, que miran hacia otro lado mientras los canes se refocilan a gusto pezuñeando y destrozando flores y plantas, y haciéndose sus cosas encima. De vergüenza. Me consta que la Policía ya está tomando cartas en el asunto.

Sin ir más lejos, hace unos días un vecino de Ofra recibió el impacto del petardo del perro en su pie, cerca de las flores, mientras paseaba por la Avenida Príncipes de España. Ante su queja, la respuesta fue: ¿Qué quieres? es un perro?. Un perro sí, pero las flores y las plantas las pagamos todos. El pie del vecino no. El hombre llegó a casa apestando a perraco. El ayuntamiento se gasta dinero de todos en arreglar los jardines. A ver si en vez de llevar a los chuchos a las plantas, los controlan un poco. Nunca se sabe si es peor el perro? O el dueño.