Siempre es difícil escribir un artículo cuando todo cambia en horas. Por eso es una reflexión. Venezuela, el abismo. Se veía venir. O nadie lo vio venir. O todos miramos a otro lado. ¿Tenemos canarios en Venezuela? Debería darnos vergüenza. Dos presidentes, más de 16 muertos y una guerra civil llamando a la puerta. Guaidó, nuevo líder, ha llamado a la puerta, se ha proclamado Presidente y miles de venezolanos la han abierto. Medio mundo le ha reconocido. Maduro va madurando?

Los venezolanos no se merecen esto. Llevan años huyendo, pasando hambre, mendigando en el mercado negro. Y me decía un amigo que no tenían carácter para liarla en casos de dictaduras encubiertas o cubiertas como esta. Pues se lió la vaina. Los Estados Unidos apoyan a Guaidó. Los rusos a Maduro. La UE de perfil. Ya tenemos la guerra fría otra vez. Y el pueblo siempre es el que paga. ¿Tienen familia en Venezuela? Sí, la tenemos todos. Van a sufrir. Son su familia. ¿Les duele? A mí sí?

Si la mediación internacional no lo evita (espero que sí) nos vamos a un baño de sangre. Una transición pacífica es improbable. Abandonar el poder es difícil, tomarlo más aún. ¿Unas elecciones? Ya, siempre con observadores internacionales al que el poder se pasa por el forro. Leche de cacharro. No pinta bien esta vaina. Las historias se repiten. Somos animales irracionales.